Viernes Santo | Hermandades Semana Santa Córdoba
Aún con el buen sabor de boca de una magnífica tarde – noche cordobesa, con el transcurrir de las diferentes Hermandades por las calles de la ciudad, comienza un nuevo día cofrade en esta Viernes Santo en Córdoba. Parece, que el final esta acercándose pero aún quedan dos días por delante para disfrutar de diferentes cofradías por cada rincón de Córdoba.
Las distintas Hermandades que realizan su Estación de Penitencia en el Viernes Santo de Córdoba son:
Soledad
Expiración
Descendimiento
Conversión
Dolores
Santo Sepulcro
Parece, que ya conocemos cuales son las diferentes Hermandades que procesionan durante la jornada del Viernes Santo por las calles, en esta Semana Santa Córdoba.
Por lo tanto… ¡Vamos a conocer toda la información sobre la Hermandad de la Expiración!
Viernes Santo | Hermandades Semana Santa Córdoba
Aún con el buen sabor de boca de una magnífica tarde – noche cordobesa, con el transcurrir de las diferentes Hermandades por las calles de la ciudad, comienza un nuevo día cofrade en esta Viernes Santo en Córdoba. Parece, que el final esta acercándose pero aún quedan dos días por delante para disfrutar de diferentes cofradías por cada rincón de Córdoba.
Las distintas Hermandades que realizan su Estación de Penitencia en el Viernes Santo de Córdoba son:
Soledad
Expiración
Descendimiento
Conversión
Dolores
Santo Sepulcro
Parece, que ya conocemos cuales son las diferentes Hermandades que procesionan durante la jornada del Viernes Santo por las calles, en esta Semana Santa Córdoba.
Por lo tanto… ¡Vamos a conocer toda la información sobre la Hermandad de la Expiración!

HERMANDAD DE LA EXPIRACIÓN
Real, Venerable e Ilustre Hermandad de Penitencia y Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Expiración,
María Santísima del Silencio y Nuestra Señora del Rosario en sus Misterios Dolorosos Coronada y San Antonio María Claret
HERMANDAD DE LA EXPIRACIÓN

Real, Venerable e Ilustre Hermandad de Penitencia y Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Expiración,
María Santísima del Silencio y Nuestra Señora del Rosario en sus Misterios Dolorosos Coronada y San Antonio María Claret
SAGRADOS TITULARES | HERMANDAD DE LA EXPIRACIÓN

Santísimo Cristo de la Expiración
La imagen del Santísimo Cristo de la Expiración de la Hermandad de la Expiración es una obra anónima.
El Sagrado Titular de dicha Hermandad fue tallado en el siglo XVII.
El momento representado es el que Cristo expira en la Cruz, lo hace con una leve inclinación de la cabeza hacia la izquierda.

Nuestra Señora del Rosario en sus Misterios Dolorosos Coronada
La imagen del Nuestra Señora Señora del Rosario Coronada de la Hermandad de la Expiración es una obra Luis Álvarez Duarte.
El Sagrado Titular de dicha Hermandad fue tallado en el año 1973.
Dolorosa bajo palio refleja el sufrimiento y el amor por su hijo.
ACOMPAÑAMIENTO MUSICAL HERMANDAD DE LA EXPIRACIÓN | VIERNES SANTO

Acompañará musicalmente a la imagen de Nuestra Señora del Rosario en sus Misterios Dolorosos Coronada.
SAGRADOS TITULARES | HERMANDAD DE LA EXPIRACIÓN
Santísimo Cristo de la Expiración

La imagen del Santísimo Cristo de la Expiración de la Hermandad de la Expiración es una obra anónima.
El Sagrado Titular de dicha Hermandad fue tallado en el siglo XVII.
El momento representado es el que Cristo expira en la Cruz, lo hace con una leve inclinación de la cabeza hacia la izquierda.
Nuestra Señora del Rosario en sus Misterios Dolorosos Coronada

La imagen del Nuestra Señora Señora del Rosario Coronada de la Hermandad de la Expiración es una obra Luis Álvarez Duarte.
El Sagrado Titular de dicha Hermandad fue tallado en el año 1973.
Dolorosa bajo palio refleja el sufrimiento y el amor por su hijo.
Itinerario HERMANDAD DE LA EXPIRACIÓN | VIERNES SANTO 2025
Real iglesia de San Pablo
* Itinerario basado en la Semana Santa de 2024
La Hermandad de la Expiración realizará su salida a las 19:00 horas y, seguirá el siguiente itinerario por las calles de Córdoba:
Compas de San Pablo
Capitulares
Diario Córdoba
San Fernando
Paseo de la Ribera
Ronda de Isasa
Carrera Oficial (20:32)
Magistral González Francés
Cardenal González
San Fernando
Compás de San Francisco
Huerto San Pedro el Real
Fernando Colón
Rodríguez Marín
Capitulares
Compas de San Pablo
Tras haber realizado este itinerario, la Hermandad de la Expiración tiene prevista su entrada a las 23:30 horas.
ACOMPAÑAMIENTO MUSICAL HERMANDAD DE LA EXPIRACIÓN | VIERNES SANTO

Banda de Música Nuestra Señora del Carmen de Villalba del Alcor
Acompañará musicalmente a la imagen de Nuestra Señora del Rosario en sus Misterios Dolorosos Coronada.
Itinerario HERMANDAD DE LA EXPIRACIÓN | VIERNES SANTO 2025
La Hermandad de la Expiración realizará su salida a las 19:00 horas y, seguirá el siguiente itinerario por las calles de Córdoba:
Compas de San Pablo
Capitulares
Diario Córdoba
San Fernando
Paseo de la Ribera
Ronda de Isasa
Carrera Oficial (20:32)
Magistral González Francés
Cardenal González
San Fernando
Compás de San Francisco
Huerto San Pedro el Real
Fernando Colón
Rodríguez Marín
Capitulares
Compas de San Pablo
Tras haber realizado este itinerario, la Hermandad de la Expiración tiene prevista su entrada a las 23:30 horas.
* Itinerario basado en la Semana Santa de 2024
HISTORIA HERMANDAD DE LA EXPIRACIÓN

El origen de la Hermandad del Santísimo Cristo de la Expiración se sitúa en el Convento Franciscano de San Pedro el Real, popularmente conocido como San Francisco, en la ciudad de Córdoba. En el siglo XVII, bajo la advocación de San Diego y San Acacio, se funda una cofradía con el propósito de rendir culto al Santísimo Cristo de la Expiración.
Esta imagen, de autor anónimo y estética granadina, muestra una gran proximidad a la obra de Pedro de Mena y fue ejecutada en los primeros años del siglo XVII. Representa el instante en el que Jesucristo, en la cruz, exhala su último aliento encomendando su Espíritu al Padre.
Entre 1605 y 1615, se erige en torno a esta imagen la Cofradía de San Diego y San Acacio, una corporación de carácter inclusivo que integraba tanto a hombres como a mujeres de diversos grupos sociales. En aquella época, no era inusual la presencia de cofradías de advocación no pasionista en la Semana Santa cordobesa, como también sucedía con la Cofradía de Nuestra Señora del Rayo en la Parroquia del Espíritu Santo o la Cofradía de las Ánimas del Purgatorio y San Nicolás de Tolentino en el Convento de San Agustín.
Sin embargo, a principios del siglo XVIII, debido a la intensa devoción popular que suscitaba la imagen del Santísimo Cristo de la Expiración, la cofradía pasó a ser conocida con el nombre de su titular, convirtiéndose en la Cofradía del Santísimo Cristo de la Expiración.
Hasta 1740, la hermandad experimentó un período de notable auge, acometiendo importantes proyectos, como el dorado del retablo donde se veneraba al Cristo, un encargo realizado en 1708 al artista Pedro de Cobaleda.
Sin embargo, con la llegada de la Ilustración, las nuevas políticas impulsadas por los obispos de la Diócesis de Córdoba y las medidas de la Corona destinadas a suprimir ciertas manifestaciones de religiosidad popular, consideradas excesivas, marcaron el inicio de un declive.
A partir de los años 1740, la hermandad comenzó a perder fuerza y, en torno a 1780, dejó de realizar su Estación de Penitencia.
La llegada del siglo XIX trajo consigo nuevos desafíos. La invasión de las tropas francesas, que obligó a la comunidad franciscana a abandonar el Convento de San Pedro el Real, y el reglamento sobre procesiones de Semana Santa de 1820, promulgado por el obispo Pedro Antonio de Trevilla, fueron factores determinantes en la inactividad institucional de la hermandad.
No obstante, a pesar de la desaparición temporal de la cofradía como institución, la devoción popular hacia el Santísimo Cristo de la Expiración jamás decayó. A lo largo de los siglos, el fervor del pueblo de Córdoba se mantuvo intacto, sustentado en los milagros y prodigios atribuidos a la imagen, lo que permitió que su culto siguiera vivo incluso en los momentos de mayor adversidad.
En 1904, la llegada de los Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María a la Real Iglesia de San Pablo marcó un punto de inflexión en la historia de la hermandad. Este templo, en avanzado estado de ruina, fue restaurado por la comunidad claretiana y devuelto al culto.
Deseosos de que en él se venerara una imagen de profunda devoción popular, los misioneros solicitaron al rector de la Iglesia de San Francisco y San Eulogio (antiguo convento de San Pedro el Real) la cesión del Santísimo Cristo de la Expiración. El rector accedió a la petición y, con autorización episcopal, la imagen fue trasladada a San Pablo el 25 de marzo de 1904.
Un año más tarde, en 1905, la imagen de María Santísima del Silencio (entonces conocida como Nuestra Señora de los Dolores) fue donada a la iglesia, conformando junto al Cristo de la Expiración la escena del Stabat Mater, que perdura hasta nuestros días. Esta Dolorosa, de estética granadina y autor anónimo, es una talla del siglo XVIII que representa a María abatida por el dolor, con la cabeza inclinada y recogida en sí misma.
Desde su llegada a San Pablo, el Santísimo Cristo de la Expiración nunca dejó de recibir culto. La comunidad claretiana instauró fiestas en su honor, destacando el septenario cuaresmal, que incluía el ejercicio del Vía Crucis, la lectura del septenario y un sermón predicado por el orador sagrado.
En 1918, aunque la hermandad no estaba aún reorganizada, la imagen participó en la procesión del Santo Entierro del Viernes Santo, escoltada solo por fieles y devotos.
El 7 de abril de 1918, el fervor popular llevó a la reorganización de la primitiva cofradía de San Diego y San Acacio, bajo el título de Hermandad del Santísimo Cristo de la Expiración y María Santísima de los Dolores. Este acto marcó la configuración definitiva de la corporación tal como la conocemos hoy.
El impulso de los Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María fue determinante en este proceso, encabezados por su Superior, P. Patricio Mediavilla, quien fue nombrado Presidente Honorario.
Una de las primeras decisiones de la nueva Junta de Gobierno fue instaurar una función mensual en honor al Santísimo Cristo de la Expiración, celebrada el segundo viernes de cada mes. La primera tuvo lugar el 10 de mayo de 1918 y constó de:
Misa matutina en el altar del Cristo de la Expiración.
Por la tarde: Santo Rosario, Letanía cantada, ejercicio al Señor y canto del Miserere.
El calendario de cultos se completó con la celebración de la Misa de la Exaltación de la Santa Cruz, el 14 de septiembre de 1918.
En marzo de 1919, se celebró el primer quinario dedicado al Santísimo Cristo de la Expiración, del 22 al 26 de marzo, predicado por el P. Patricio Mediavilla.
El Viernes Santo de 1919, la hermandad realizó su primera Estación de Penitencia a la Santa Iglesia Catedral, formando parte de la procesión oficial del Santo Entierro. El hábito penitencial de los cofrades consistía en túnica negra con cíngulo, cubrerrostro y capa morada.
En 1921, el número de hermanos había crecido significativamente, alcanzando cifras muy elevadas para la época. La hermandad adquirió una importante presencia social, siendo invitada a actos de relevancia, como:
7 de noviembre de 1920: Participación en la toma de posesión de Monseñor Adolfo Pérez Muñoz como Obispo de Córdoba, en el Palacio Episcopal.
Septiembre de 1925: Participación en los actos de recepción a Monseñor Antonio Pueyo del Val, Obispo de Pasto (Colombia), impulsor de la restauración de la Real Iglesia de San Pablo.
El calendario de cultos se mantuvo hasta 1927, incluyendo:
Función mensual en honor al Cristo de la Expiración.
Solemne quinario en Cuaresma.
Misa en la Exaltación de la Santa Cruz (14 de septiembre).
Desde 1920: Misa el 3 de mayo, festividad de la Invención de la Santa Cruz.
Además, la hermandad participaba en actos externos, como:
Acompañamiento al Santísimo en la procesión de enfermos e impedidos de la Iglesia de San Lorenzo.
Ejercicios espirituales organizados por la comunidad claretiana en San Pablo.
Desde 1919 hasta 1926, la cofradía procesionó cada Viernes Santo dentro de la procesión oficial del Santo Entierro. Sin embargo, en 1922, pocos días antes de la salida, la hermandad se vio obligada a suspender su Estación de Penitencia debido al mal estado de su paso procesional.
En el mes de enero del año 1927 y con la elección del Marqués de Boil como Hermano Mayor de la corporación, se inicia una nueva etapa que se prolongaría hasta los últimos meses del año 1942 una de las primeras medidas que como Hermano Mayor adopta el Marqués de Boil, es dotar a la hermandad de unas nuevas Reglas, las cuales, además de establecer los fines de la corporación y los actos de culto que debía desarrollar, incluían novedosos preceptos que regulaban, la estructura organizativa, los derechos y obligaciones de los miembros que la integraban, así como, el destino de los bienes en caso de disolución las citadas Reglas entraron el vigor el día 30 de agosto de 1928, al ser aprobadas por el Vicario General de la Diócesis de Córdoba, Dr. D. Rafael García una vez organizado el plano normativo, el interés de la Junta de Gobierno se centra en dar un mayor realce, tanto a los cultos que se dedicaban a los Sagrados Titulares, como a la estación de penitencia que el Viernes Santo realizaba la cofradía formando parte de la procesión oficial del Santo Entierro el primero de dichos objetivos se alcanzó al conceder el Prelado de la Diócesis de Córdoba, indulgencias, en la forma acostumbrada, a favor de los fieles y devotos que asistieran a la celebración del quinario en honor del Santísimo Cristo de la Expiración asimismo, el Obispo de Córdoba otorgó a la corporación una curiosa prerrogativa, cual era, que todos los viernes del año, a las tres de la tarde, se tocaran treinta y tres campanadas en la Real Iglesia de San Pablo, con la finalidad de invitar a los fieles a rezar una oración al Santísimo Cristo de la Expiración, acto de piedad por el que el Prelado concedía cincuenta días de indulgencia esta medida supuso una nueva forma de rendir culto y extender la devoción a Nuestro Sagrado Titular, ya que determinaba una fecha y hora concreta para semanalmente ofrecerle una oración con el fin de alcanzar la segunda de las aspiraciones, en el mes de julio de 1927, la Junta de Gobierno presidida por el Marqués de Boil, aprobó abrir una suscripción popular con el objeto de realizar un nuevo paso procesional para el Santísimo Cristo de la Expiración y María Santísima del Silencio las aportaciones realizadas por un elevado número de devotos, junto a las llevadas a cabo por empresas, asociaciones e instituciones públicas -como el Excmo. Ayuntamiento de Córdoba o la Excma. Diputación Provincial-, hacen que en el mes de mayo de 1928 ya hubiera sido recaudada la suma a la que ascendía el proyecto el contrato de ejecución fue suscrito con Guillermo Nieto Guerrero, artesano residente en Sevilla, el día 20 de febrero de 1928, siendo estrenado el nuevo paso procesional en la estación de penitencia del año 1929 en el mes de mayo de 1930, la Marquesa de Boil hace donación a la corporación, para uso de la Dolorosa, de un extraordinario manto y saya de terciopelo negro, bordados en oro fino por las Religiosas Adoratrices es de destacar, que tras el tiempo trascurrido, las referidas piezas no han perdido el uso para el que fueron concebidas, siendo aún el manto y saya de salida que María Santísima del Silencio utiliza en la estación de penitencia así pues, con las medidas episcopales, el nuevo paso procesional y las piezas donadas para el ajuar de la Dolorosa, la Junta de Gobierno alcanzó los objetivos que se había marcado tanto respecto de la estación de penitencia como de los cultos internos, lo que propició, en primer término y de forma indirecta, un aumento significativo en el número de hermanos en esta segunda etapa tras la reorganización, la cofradía realiza estación de penitencia a la Santa Iglesia Catedral, formando parte de la procesión oficial del Santo Entierro, el Viernes Santo de los años 1927 a 1931, del año 1935 y de los años 1937 a 1941 en los años 1932, 1933, 1934, y 1936, debido a la situación socio-política que vive el país, la corporación deja de realizar estación de penitencia, si bien, esta circunstancia no supuso el cese de actividad de la hermandad, ya que durante los referidos años mantuvo los actos cultuales internos que reglamentariamente tenía establecidos, es decir, la función mensual en honor a los Sagrados Titulares, solemne quinario al Santísimo Cristo de la Expiración -en tiempo de cuaresma-, y celebración de la Santa Misa, los días 3 de mayo, fiesta de la Invención de la Santa Cruz y 14 de septiembre, fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz en el año 1942 la Hermandad de la Expiración se ve inmersa en una crisis institucional -en la que ya no influyen directamente factores exógenos-, cuya consecuencia inmediata es que en la Semana Santa de dicho año la cofradía deje de formar parte de la procesión oficial del Santo Entierro la actividad de la corporación queda nuevamente reducida a la celebración de cultos internos, cuya organización se debe, en gran medida, al esfuerzo desarrollado por las damas camareras, encabezadas por María Rafaela Olivares y Ruiz del Burgo, Marquesa de Boil la crisis iniciada en los primeros meses de 1942 culmina en el mes de enero de 1943 con la elección de Pedro Moya Cerezuela como Hermano Mayor de la corporación el nuevo Hermano Mayor se hace cargo de la hermandad con el propósito de dotarla de una nueva idiosincrasia a nivel institucional y como preámbulo de los cambios que se estaban operando, la corporación modifica su título adoptando el de “REAL VENERABLE E ILUSTRE HERMANDAD DEL SANTÍSIMO CRISTO DE LA EXPIRACIÓN”, antecedente directo del título que ostenta hoy en día desde una perspectiva estrictamente cofrade, el propósito del nuevo Hermano Mayor es restaurar el espíritu de las antiguas cofradías penitenciales de Semana Santa, proyectando al exterior una imagen de AUSTERIDAD Y PENITENCIA la estación de penitencia se realizaría en absoluto silencio, manteniendo los componentes del cortejo, durante todo el acto, un orden y compostura ejemplarizantes para llevarlo a cabo se adquieren insignias acordes con la nueva impronta de la cofradía y se adopta un nuevo hábito penitencial, compuesto de túnica negra de cola, cubrerrostro de color negro, cinturón de esparto y alpargata sin calcetín sobre estas bases, la cofradía vuelve a realizar estación de penitencia el Viernes Santo de 1943, si bien ese año, debido a las inclemencias meteorológicas, no lograr salir de la Real Iglesia de San Pablo.
En mayo de 1973, la hermandad encargó al imaginero Luis Álvarez Duarte la creación de una nueva imagen de la Virgen, que fue bendecida en octubre de ese mismo año bajo el título de Nuestra Señora del Rosario en sus Misterios Dolorosos. Este hecho llevó a la hermandad a modificar su título y hábito penitencial, incorporando el Rosario.
A lo largo de los años, la hermandad ha sido pionera en diversas iniciativas, como la creación en 1974 de la primera cuadrilla de hermanos-costaleros en Córdoba, la instalación de una caseta en la feria de mayo para fomentar la convivencia, y la organización del Grupo Joven en 1974, el primer grupo de estas características en la ciudad.
En cuanto a su labor social, la hermandad ha sido siempre consciente de su responsabilidad, destinando parte de sus ingresos a obras de caridad a través de Cáritas Diocesana y apoyando proyectos en beneficio de estudiantes necesitados. La hermandad también organiza recogidas de alimentos para su distribución entre los más desfavorecidos.
El 31 de octubre de 1993, Nuestra Señora del Rosario en sus Misterios Dolorosos fue coronada canónicamente en un acto de gran relevancia. En este contexto, la hermandad también celebró su 75 aniversario con una serie de cultos extraordinarios, exposiciones y conferencias.
Con el paso de los años, la hermandad ha continuado evolucionando, incorporando elementos artísticos y musicales como nuevas marchas fúnebres y de capilla, y manteniendo una sólida identidad ligada a la fe, el arte y la cultura. Además de los cultos principales, la hermandad organiza misas mensuales y participa activamente en el triduo en honor a San Antonio María Claret.
Hoy en día, la Hermandad de la Expiración sigue siendo una institución que combina tradición, fe, arte y compromiso social, siendo un referente tanto en Córdoba como en el ámbito cofrade.
HISTORIA HERMANDAD DE LA EXPIRACIÓN

El origen de la Hermandad del Santísimo Cristo de la Expiración se sitúa en el Convento Franciscano de San Pedro el Real, popularmente conocido como San Francisco, en la ciudad de Córdoba. En el siglo XVII, bajo la advocación de San Diego y San Acacio, se funda una cofradía con el propósito de rendir culto al Santísimo Cristo de la Expiración.
Esta imagen, de autor anónimo y estética granadina, muestra una gran proximidad a la obra de Pedro de Mena y fue ejecutada en los primeros años del siglo XVII. Representa el instante en el que Jesucristo, en la cruz, exhala su último aliento encomendando su Espíritu al Padre.
Entre 1605 y 1615, se erige en torno a esta imagen la Cofradía de San Diego y San Acacio, una corporación de carácter inclusivo que integraba tanto a hombres como a mujeres de diversos grupos sociales. En aquella época, no era inusual la presencia de cofradías de advocación no pasionista en la Semana Santa cordobesa, como también sucedía con la Cofradía de Nuestra Señora del Rayo en la Parroquia del Espíritu Santo o la Cofradía de las Ánimas del Purgatorio y San Nicolás de Tolentino en el Convento de San Agustín.
Sin embargo, a principios del siglo XVIII, debido a la intensa devoción popular que suscitaba la imagen del Santísimo Cristo de la Expiración, la cofradía pasó a ser conocida con el nombre de su titular, convirtiéndose en la Cofradía del Santísimo Cristo de la Expiración.
Hasta 1740, la hermandad experimentó un período de notable auge, acometiendo importantes proyectos, como el dorado del retablo donde se veneraba al Cristo, un encargo realizado en 1708 al artista Pedro de Cobaleda.
Sin embargo, con la llegada de la Ilustración, las nuevas políticas impulsadas por los obispos de la Diócesis de Córdoba y las medidas de la Corona destinadas a suprimir ciertas manifestaciones de religiosidad popular, consideradas excesivas, marcaron el inicio de un declive.
A partir de los años 1740, la hermandad comenzó a perder fuerza y, en torno a 1780, dejó de realizar su Estación de Penitencia.
La llegada del siglo XIX trajo consigo nuevos desafíos. La invasión de las tropas francesas, que obligó a la comunidad franciscana a abandonar el Convento de San Pedro el Real, y el reglamento sobre procesiones de Semana Santa de 1820, promulgado por el obispo Pedro Antonio de Trevilla, fueron factores determinantes en la inactividad institucional de la hermandad.
No obstante, a pesar de la desaparición temporal de la cofradía como institución, la devoción popular hacia el Santísimo Cristo de la Expiración jamás decayó. A lo largo de los siglos, el fervor del pueblo de Córdoba se mantuvo intacto, sustentado en los milagros y prodigios atribuidos a la imagen, lo que permitió que su culto siguiera vivo incluso en los momentos de mayor adversidad.
En 1904, la llegada de los Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María a la Real Iglesia de San Pablo marcó un punto de inflexión en la historia de la hermandad. Este templo, en avanzado estado de ruina, fue restaurado por la comunidad claretiana y devuelto al culto.
Deseosos de que en él se venerara una imagen de profunda devoción popular, los misioneros solicitaron al rector de la Iglesia de San Francisco y San Eulogio (antiguo convento de San Pedro el Real) la cesión del Santísimo Cristo de la Expiración. El rector accedió a la petición y, con autorización episcopal, la imagen fue trasladada a San Pablo el 25 de marzo de 1904.
Un año más tarde, en 1905, la imagen de María Santísima del Silencio (entonces conocida como Nuestra Señora de los Dolores) fue donada a la iglesia, conformando junto al Cristo de la Expiración la escena del Stabat Mater, que perdura hasta nuestros días. Esta Dolorosa, de estética granadina y autor anónimo, es una talla del siglo XVIII que representa a María abatida por el dolor, con la cabeza inclinada y recogida en sí misma.
Desde su llegada a San Pablo, el Santísimo Cristo de la Expiración nunca dejó de recibir culto. La comunidad claretiana instauró fiestas en su honor, destacando el septenario cuaresmal, que incluía el ejercicio del Vía Crucis, la lectura del septenario y un sermón predicado por el orador sagrado.
En 1918, aunque la hermandad no estaba aún reorganizada, la imagen participó en la procesión del Santo Entierro del Viernes Santo, escoltada solo por fieles y devotos.
El 7 de abril de 1918, el fervor popular llevó a la reorganización de la primitiva cofradía de San Diego y San Acacio, bajo el título de Hermandad del Santísimo Cristo de la Expiración y María Santísima de los Dolores. Este acto marcó la configuración definitiva de la corporación tal como la conocemos hoy.
El impulso de los Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María fue determinante en este proceso, encabezados por su Superior, P. Patricio Mediavilla, quien fue nombrado Presidente Honorario.
Una de las primeras decisiones de la nueva Junta de Gobierno fue instaurar una función mensual en honor al Santísimo Cristo de la Expiración, celebrada el segundo viernes de cada mes. La primera tuvo lugar el 10 de mayo de 1918 y constó de:
Misa matutina en el altar del Cristo de la Expiración.
Por la tarde: Santo Rosario, Letanía cantada, ejercicio al Señor y canto del Miserere.
El calendario de cultos se completó con la celebración de la Misa de la Exaltación de la Santa Cruz, el 14 de septiembre de 1918.
En marzo de 1919, se celebró el primer quinario dedicado al Santísimo Cristo de la Expiración, del 22 al 26 de marzo, predicado por el P. Patricio Mediavilla.
El Viernes Santo de 1919, la hermandad realizó su primera Estación de Penitencia a la Santa Iglesia Catedral, formando parte de la procesión oficial del Santo Entierro. El hábito penitencial de los cofrades consistía en túnica negra con cíngulo, cubrerrostro y capa morada.
En 1921, el número de hermanos había crecido significativamente, alcanzando cifras muy elevadas para la época. La hermandad adquirió una importante presencia social, siendo invitada a actos de relevancia, como:
7 de noviembre de 1920: Participación en la toma de posesión de Monseñor Adolfo Pérez Muñoz como Obispo de Córdoba, en el Palacio Episcopal.
Septiembre de 1925: Participación en los actos de recepción a Monseñor Antonio Pueyo del Val, Obispo de Pasto (Colombia), impulsor de la restauración de la Real Iglesia de San Pablo.
El calendario de cultos se mantuvo hasta 1927, incluyendo:
Función mensual en honor al Cristo de la Expiración.
Solemne quinario en Cuaresma.
Misa en la Exaltación de la Santa Cruz (14 de septiembre).
Desde 1920: Misa el 3 de mayo, festividad de la Invención de la Santa Cruz.
Además, la hermandad participaba en actos externos, como:
Acompañamiento al Santísimo en la procesión de enfermos e impedidos de la Iglesia de San Lorenzo.
Ejercicios espirituales organizados por la comunidad claretiana en San Pablo.
Desde 1919 hasta 1926, la cofradía procesionó cada Viernes Santo dentro de la procesión oficial del Santo Entierro. Sin embargo, en 1922, pocos días antes de la salida, la hermandad se vio obligada a suspender su Estación de Penitencia debido al mal estado de su paso procesional.
En el mes de enero del año 1927 y con la elección del Marqués de Boil como Hermano Mayor de la corporación, se inicia una nueva etapa que se prolongaría hasta los últimos meses del año 1942 una de las primeras medidas que como Hermano Mayor adopta el Marqués de Boil, es dotar a la hermandad de unas nuevas Reglas, las cuales, además de establecer los fines de la corporación y los actos de culto que debía desarrollar, incluían novedosos preceptos que regulaban, la estructura organizativa, los derechos y obligaciones de los miembros que la integraban, así como, el destino de los bienes en caso de disolución las citadas Reglas entraron el vigor el día 30 de agosto de 1928, al ser aprobadas por el Vicario General de la Diócesis de Córdoba, Dr. D. Rafael García una vez organizado el plano normativo, el interés de la Junta de Gobierno se centra en dar un mayor realce, tanto a los cultos que se dedicaban a los Sagrados Titulares, como a la estación de penitencia que el Viernes Santo realizaba la cofradía formando parte de la procesión oficial del Santo Entierro el primero de dichos objetivos se alcanzó al conceder el Prelado de la Diócesis de Córdoba, indulgencias, en la forma acostumbrada, a favor de los fieles y devotos que asistieran a la celebración del quinario en honor del Santísimo Cristo de la Expiración asimismo, el Obispo de Córdoba otorgó a la corporación una curiosa prerrogativa, cual era, que todos los viernes del año, a las tres de la tarde, se tocaran treinta y tres campanadas en la Real Iglesia de San Pablo, con la finalidad de invitar a los fieles a rezar una oración al Santísimo Cristo de la Expiración, acto de piedad por el que el Prelado concedía cincuenta días de indulgencia esta medida supuso una nueva forma de rendir culto y extender la devoción a Nuestro Sagrado Titular, ya que determinaba una fecha y hora concreta para semanalmente ofrecerle una oración con el fin de alcanzar la segunda de las aspiraciones, en el mes de julio de 1927, la Junta de Gobierno presidida por el Marqués de Boil, aprobó abrir una suscripción popular con el objeto de realizar un nuevo paso procesional para el Santísimo Cristo de la Expiración y María Santísima del Silencio las aportaciones realizadas por un elevado número de devotos, junto a las llevadas a cabo por empresas, asociaciones e instituciones públicas -como el Excmo. Ayuntamiento de Córdoba o la Excma. Diputación Provincial-, hacen que en el mes de mayo de 1928 ya hubiera sido recaudada la suma a la que ascendía el proyecto el contrato de ejecución fue suscrito con Guillermo Nieto Guerrero, artesano residente en Sevilla, el día 20 de febrero de 1928, siendo estrenado el nuevo paso procesional en la estación de penitencia del año 1929 en el mes de mayo de 1930, la Marquesa de Boil hace donación a la corporación, para uso de la Dolorosa, de un extraordinario manto y saya de terciopelo negro, bordados en oro fino por las Religiosas Adoratrices es de destacar, que tras el tiempo trascurrido, las referidas piezas no han perdido el uso para el que fueron concebidas, siendo aún el manto y saya de salida que María Santísima del Silencio utiliza en la estación de penitencia así pues, con las medidas episcopales, el nuevo paso procesional y las piezas donadas para el ajuar de la Dolorosa, la Junta de Gobierno alcanzó los objetivos que se había marcado tanto respecto de la estación de penitencia como de los cultos internos, lo que propició, en primer término y de forma indirecta, un aumento significativo en el número de hermanos en esta segunda etapa tras la reorganización, la cofradía realiza estación de penitencia a la Santa Iglesia Catedral, formando parte de la procesión oficial del Santo Entierro, el Viernes Santo de los años 1927 a 1931, del año 1935 y de los años 1937 a 1941 en los años 1932, 1933, 1934, y 1936, debido a la situación socio-política que vive el país, la corporación deja de realizar estación de penitencia, si bien, esta circunstancia no supuso el cese de actividad de la hermandad, ya que durante los referidos años mantuvo los actos cultuales internos que reglamentariamente tenía establecidos, es decir, la función mensual en honor a los Sagrados Titulares, solemne quinario al Santísimo Cristo de la Expiración -en tiempo de cuaresma-, y celebración de la Santa Misa, los días 3 de mayo, fiesta de la Invención de la Santa Cruz y 14 de septiembre, fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz en el año 1942 la Hermandad de la Expiración se ve inmersa en una crisis institucional -en la que ya no influyen directamente factores exógenos-, cuya consecuencia inmediata es que en la Semana Santa de dicho año la cofradía deje de formar parte de la procesión oficial del Santo Entierro la actividad de la corporación queda nuevamente reducida a la celebración de cultos internos, cuya organización se debe, en gran medida, al esfuerzo desarrollado por las damas camareras, encabezadas por María Rafaela Olivares y Ruiz del Burgo, Marquesa de Boil la crisis iniciada en los primeros meses de 1942 culmina en el mes de enero de 1943 con la elección de Pedro Moya Cerezuela como Hermano Mayor de la corporación el nuevo Hermano Mayor se hace cargo de la hermandad con el propósito de dotarla de una nueva idiosincrasia a nivel institucional y como preámbulo de los cambios que se estaban operando, la corporación modifica su título adoptando el de “REAL VENERABLE E ILUSTRE HERMANDAD DEL SANTÍSIMO CRISTO DE LA EXPIRACIÓN”, antecedente directo del título que ostenta hoy en día desde una perspectiva estrictamente cofrade, el propósito del nuevo Hermano Mayor es restaurar el espíritu de las antiguas cofradías penitenciales de Semana Santa, proyectando al exterior una imagen de AUSTERIDAD Y PENITENCIA la estación de penitencia se realizaría en absoluto silencio, manteniendo los componentes del cortejo, durante todo el acto, un orden y compostura ejemplarizantes para llevarlo a cabo se adquieren insignias acordes con la nueva impronta de la cofradía y se adopta un nuevo hábito penitencial, compuesto de túnica negra de cola, cubrerrostro de color negro, cinturón de esparto y alpargata sin calcetín sobre estas bases, la cofradía vuelve a realizar estación de penitencia el Viernes Santo de 1943, si bien ese año, debido a las inclemencias meteorológicas, no lograr salir de la Real Iglesia de San Pablo.
En mayo de 1973, la hermandad encargó al imaginero Luis Álvarez Duarte la creación de una nueva imagen de la Virgen, que fue bendecida en octubre de ese mismo año bajo el título de Nuestra Señora del Rosario en sus Misterios Dolorosos. Este hecho llevó a la hermandad a modificar su título y hábito penitencial, incorporando el Rosario.
A lo largo de los años, la hermandad ha sido pionera en diversas iniciativas, como la creación en 1974 de la primera cuadrilla de hermanos-costaleros en Córdoba, la instalación de una caseta en la feria de mayo para fomentar la convivencia, y la organización del Grupo Joven en 1974, el primer grupo de estas características en la ciudad.
En cuanto a su labor social, la hermandad ha sido siempre consciente de su responsabilidad, destinando parte de sus ingresos a obras de caridad a través de Cáritas Diocesana y apoyando proyectos en beneficio de estudiantes necesitados. La hermandad también organiza recogidas de alimentos para su distribución entre los más desfavorecidos.
El 31 de octubre de 1993, Nuestra Señora del Rosario en sus Misterios Dolorosos fue coronada canónicamente en un acto de gran relevancia. En este contexto, la hermandad también celebró su 75 aniversario con una serie de cultos extraordinarios, exposiciones y conferencias.
Con el paso de los años, la hermandad ha continuado evolucionando, incorporando elementos artísticos y musicales como nuevas marchas fúnebres y de capilla, y manteniendo una sólida identidad ligada a la fe, el arte y la cultura. Además de los cultos principales, la hermandad organiza misas mensuales y participa activamente en el triduo en honor a San Antonio María Claret.
Hoy en día, la Hermandad de la Expiración sigue siendo una institución que combina tradición, fe, arte y compromiso social, siendo un referente tanto en Córdoba como en el ámbito cofrade.