La historia de la Hermandad del Santísimo Cristo de los Remedios y Benditas Ánimas del Purgatorio en el Barrio de San Lorenzo de Córdoba es una mezcla de devoción arraigada, altibajos y resurgimientos. Surgida en el contexto de las corporaciones de Ánimas que datan del siglo XV en varias parroquias cordobesas, esta hermandad experimentó un período de decadencia durante el siglo XVIII, agravado por las desamortizaciones del siglo XIX.

Sin embargo, en 1949 se llevó a cabo una reunión para refundar la hermandad, con la participación de destacados intelectuales y artistas cordobeses vinculados al grupo «Cántico». Esta revitalización trajo consigo una serie de innovaciones estéticas, como el uso de crótalos en lugar de campanitas, faroles del Viático en lugar de cirios, y la incorporación del «Miserere» cantado por religiosas del convento de Santa María de Gracia.

En 1951, la hermandad realizó su primera estación de penitencia en el Lunes Santo, marcando un retorno a las procesiones de Semana Santa. Sin embargo, en 1961, debido a un desacuerdo con la ruta oficial establecida por la Agrupación de Cofradías, la hermandad incumplió el itinerario, lo que llevó a un conflicto y la dimisión de su junta directiva en 1962. Después de un período de dificultades, la hermandad se reintegró a las procesiones en 1964.

En los años siguientes, la hermandad experimentó varios cambios y mejoras, como la incorporación de la imagen de Nuestra Señora Madre de Dios en sus Tristezas en 1975 y la construcción de un nuevo paso en 1977. En 1982, la cofradía logró erigir una capilla propia en la Parroquia de San Lorenzo.

El Santísimo Cristo del Remedio de Ánimas, una imagen del siglo XVI de autor desconocido, es una de las figuras más veneradas en Córdoba. Su paso procesional, diseñado por Miguel del Moral en 1973, es una obra destacada, al igual que el baldaquino que lleva a Nuestra Señora Madre de Dios en sus Tristezas, diseñado por Miguel Arjona Navarro en 1980.

La devoción hacia estas imágenes ha llevado a restauraciones periódicas, destacando las realizadas por Miguel del Moral en 1950 y Ana Infante en 2014 para el Santísimo Cristo, y por Miguel Arjona en 1975 y Ana Infante en 2015 para Nuestra Señora Madre de Dios en sus Tristezas.

La hermandad se distingue también por su acompañamiento musical, proporcionado por coros en lugar de bandas, una característica poco común en las procesiones de Semana Santa.