La Semana Santa de la capital gaditana, es otra de las más conocidas y más esperadas del panorama andaluz. La historia de la Semana Santa gaditana tiene su comienzo en el siglo XVII.
Desde esta época, se celebran en la ciudad, diferentes cultos externos a la Semana Santa. Diferentes Hermandades llevaron a cabo sus salidas procesionales por entonces, como el Santísimo Cristo de la Vera – Cruz, la de Nuestro Padre Jesús Nazareno, la salida del Santo Entierro alternando con la del Descendimiento o la salida del Santísimo Cristo de la Piedad junto a la de Humildad y Paciencia.
En consecuencia de ello, ya en el siglo XIX, el crecimiento de las Hermandades y las salidas procesionales fue más que evidente. Se incorporaban distintas Hermandades, a las que ya estaban presentes, las cuales aumentaban sus diferentes cortejos y se llevaban a cabo distintas mejoras artísticas.
Uno de los detalles, a tener en cuenta, sin duda, en la celebración de la Semana Santa de Cádiz durante este tiempo es que en la Plaza de San Juan de Dios, durante el Jueves Santo, se instalaba un monumento compuesto de doce columnas y en el centro se colocaba la una de Cristo Yacente. Esto se realizaba desde la puesta de sol hasta altas horas de la madrugada, mientras tanto, las comunidades religiosas y el clero cantaban el Oficio de las Tinieblas.
Finalmente, en el año 1892, la Semana Santa de Cádiz se reorganizó de nuevo, tras diferentes años de decadencia y desanimo, llevándose a cabo la suspensión de salidas procesionales de Hermandades. Tras la Guerra Civil, volvieron a renacer diferentes Hermandades y nacieron distintos nuevos Titulares, perdidos durante esta situación del país. A partir de esta fecha, la Semana Santa fue creciendo hasta nuestros días.