La evolución de la devoción en torno al Santísimo Cristo de la Expiración y Nuestra Señora del Patrocinio es un relato fascinante que se remonta al siglo XVII en las afueras de Triana, donde una pequeña ermita albergaba la imagen de la Virgen del Patrocinio. Lo que comenzó como un modesto lugar de culto local se transformó con el tiempo en un epicentro de devoción de alcance universal.

Las raíces de este centro de veneración se entrelazan con la historia y la tradición oral. Algunos investigadores sugieren que su origen se remonta a una hermandad penitencial fundada en 1584, inicialmente dedicada a Nuestra Señora del Rosario. Sin embargo, conflictos legales con la comunidad dominica llevaron a cambios en su denominación y ubicación a lo largo del tiempo.

En 1660, obtuvieron permiso para construir una capilla en un terreno cedido por las monjas del Dulce Nombre, donde se erigió la Capilla del Patrocinio. Sin embargo, la llegada de los dominicos a Triana en 1673 reavivó la disputa sobre el nombre, y finalmente adoptaron la advocación del Patrocinio.

Otra versión popular sostiene que la advocación se originó en torno a una imagen milagrosa encontrada en el brocal de un pozo. Se dice que el rey Felipe IV se postró ante esta imagen durante su visita a Sevilla en 1624, lo que llevó a la institución de la Fiesta del Patrocinio de Nuestra Señora por parte de Roma en 1656.

El punto de inflexión en la historia de esta hermandad llegó en 1680, con la creación de la Hermandad del Santísimo Cristo de la Expiración y Nuestra Señora del Patrocinio. La imagen del Cristo, tallada por Francisco Antonio Gijón, se convirtió en un referente del barroco andaluz, simbolizando tanto el sufrimiento de la crucifixión como la esperanza de la resurrección.

En 1689, ambas hermandades se fusionaron bajo el mecenazgo del Cardenal Ambrosio Spínola, consolidando así su devoción conjunta. La devoción hacia el Santísimo Cristo de la Expiración y Nuestra Señora del Patrocinio continuó creciendo, especialmente después de diversos eventos milagrosos a lo largo de los siglos XIX y XX, incluido un incendio en 1973 que, milagrosamente, salvó la imagen del Cristo.

A lo largo de los años, la hermandad ha experimentado numerosas mejoras y ha mantenido una sólida presencia en la vida religiosa de Sevilla. En 1946 se aprobó la construcción de un nuevo templo, que fue inaugurado en 1960 y consagrado como basílica en 2012.

La hermandad ha recibido el patrocinio de numerosas personalidades, incluidos miembros de la realeza española y extranjera. Su historia está marcada por eventos significativos, como la participación en el Vía Crucis de las Cofradías de Sevilla en 1977 y la celebración del tercer centenario de la imagen del Cristo en 1982.

Hoy en día, la Basílica del Santísimo Cristo de la Expiración es un símbolo de fe y devoción en Triana, atrayendo a miles de fieles cada año.