Viernes Santo | Hermandades Semana Santa Sevilla
Las diferentes Hermandades que procesionan durante el Viernes Santo de Sevilla son las siguientes:
Carretería
La Soledad
El Cachorro
La O
San Isidoro
Montserrat
La Sagrada Mortaja
Parece, que ya conocemos cuales son las diferentes Hermandades que procesionan durante la jornada del Viernes Santo por las calles, en esta Semana Santa Sevilla.
Por lo tanto… ¡Vamos a conocer toda la información sobre una de las Hermandades del Viernes Santo en Sevilla, como es la Hermandad de La O!
Viernes Santo | Hermandades Semana Santa Sevilla
Las diferentes Hermandades que procesionan durante el Viernes Santo de Sevilla son las siguientes:
Carretería
La Soledad
El Cachorro
La O
San Isidoro
Montserrat
La Sagrada Mortaja
Parece, que ya conocemos cuales son las diferentes Hermandades que procesionan durante la jornada del Viernes Santo por las calles, en esta Semana Santa Sevilla.
Por lo tanto… ¡Vamos a conocer toda la información sobre una de las Hermandades del Viernes Santo en Sevilla, como es la Hermandad de La O!
Hermandad de La O
Pontificia Real e Ilustre Archicofradía del Santísimo Sacramento, Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de la O
Hermandad de La O
Pontificia Real e Ilustre Archicofradía del Santísimo Sacramento, Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de la O
SAGRADOS TITULARES | Hermandad de La O
Nuestro Padre Jesús Nazareno
La imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno de la Hermandad de la O es obra de Pedro Roldán.
El Sagrado Titular de dicha Hermandad fue tallado en el año 1685.
El momento representado es Jesús con la cruz a cuestas.
María Santísima de la O
La imagen de María Santísima de la O de la Hermandad de la O es obra de Castillo Lastrucci.
La Titular Mariana de dicha Hermandad fue tallada en el año 1937.
Dolorosa bajo palio refleja el sufrimiento y el amor por su hijo.
SAGRADOS TITULARES | Hermandad de La O
Nuestro Padre Jesús Nazareno
La imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno de la Hermandad de la O es obra de Pedro Roldán.
El Sagrado Titular de dicha Hermandad fue tallado en el año 1685.
El momento representado es Jesús con la cruz a cuestas.
María Santísima de la O
La imagen de María Santísima de la O de la Hermandad de la O es obra de Castillo Lastrucci.
La Titular Mariana de dicha Hermandad fue tallada en el año 1937.
Dolorosa bajo palio refleja el sufrimiento y el amor por su hijo.
ACOMPAÑAMIENTO MUSICAL SAGRADOS TITULARES Hermandad de La O | Viernes Santo Sevilla
Acompañará musicalmente a la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno.
Acompañará musicalmente a la imagen de María Santísima de la O.
Itinerario Hermandad de La O | Viernes Santo 2025
Parroquia de la O
La Hermandad de la O realizará su salida a las 18:00 horas y, seguirá el siguiente itinerario por las calles de Sevilla:
Castilla
Callao
San Jorge
Plaza del Altozano
Puente de Isabel II
Reyes Católicos
Puerta de Triana
San Pablo
Plaza de la Magdalena
Rioja
Velázquez
O’Donnell
CARRERA OFICIAL (20:32)
Plaza del Triunfo
Santo Tomás
Adolfo Rodríguez Jurado
Santander
Temprado
Dos de Mayo
Rodo
Real de la Carretería
Toneleros
Adriano
Pastor y Landero
Reyes Católicos
Puente de Isabel II
Plaza del Altozano
San Jorge
Callao
Castilla
Tras haber realizado este itinerario, la Hermandad de la O tiene prevista su entrada a las 02:45 horas.
ACOMPAÑAMIENTO MUSICAL SAGRADOS TITULARES Hermandad de La O | Viernes Santo Sevilla
Banda de Cornetas y Tambores Nuestra Señora de Sol
Acompañará musicalmente a la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno.
SOCIEDAD FILARMÓNICA NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN
Acompañará musicalmente a la imagen de María Santísima de la O.
Itinerario Hermandad de La O | Viernes Santo 2025
La Hermandad de la O realizará su salida a las 18:00 horas y, seguirá el siguiente itinerario por las calles de Sevilla:
Castilla
Callao
San Jorge
Plaza del Altozano
Puente de Isabel II
Reyes Católicos
Puerta de Triana
San Pablo
Plaza de la Magdalena
Rioja
Velázquez
O’Donnell
CARRERA OFICIAL (20:32)
Plaza del Triunfo
Santo Tomás
Adolfo Rodríguez Jurado
Santander
Temprado
Dos de Mayo
Rodo
Real de la Carretería
Toneleros
Adriano
Pastor y Landero
Reyes Católicos
Puente de Isabel II
Plaza del Altozano
San Jorge
Callao
Castilla
Tras haber realizado este itinerario, la Hermandad de la O tiene prevista su entrada a las 02:45 horas.
HISTORIA Hermandad de la O
En algún momento de la primera mitad del siglo XVI, la Hermandad de Santas Justa y Rufina, del gremio de olleros de Triana, se asentó en el hospital de Santa Brígida.
Simultáneamente, surgió entre los vecinos del sector norte de Triana la devoción a la Virgen María en el momento de la Expectación del Parto. Esto llevó a la fundación de la cofradía de penitencia en 1566, donde se integraron los feligreses del hospital. Esta cofradía adoptó el nombre de Santa María de la O y Nuestra Santa Brígida, así como de las Vírgenes Santa Justa y Rufina.
El prioste Antonio Ramos Mexía desempeñó un papel fundamental en el florecimiento de la hermandad en el siglo XVIII, impulsando la construcción del nuevo templo y fomentando su patrimonio material y espiritual.
La antigüedad de la hermandad se reconoce a través de sus reglas y estatutos, que datan de 1566. A pesar de su larga historia, la hermandad sigue en pie, dedicada a la gloria y honra de Dios Nuestro Señor y su Santísima Madre.
La Hermandad de la O tiene sus raíces en el sector norte de Triana, en Sevilla, desde al menos la primera mitad del siglo XVI. Aunque la fecha exacta de su fundación anterior a 1566 no se puede determinar con precisión, se sabe que la hermandad ha permanecido en el mismo lugar geográfico y en la misma sede eclesiástica desde entonces, brindando asistencia religiosa al vecindario.
Los primeros miembros de la hermandad incluían a personas del campo que veneraban a Santa Brígida, así como a algunos olleros devotos de las Santas Justa y Rufina. Con el tiempo, se sumaron artesanos de diversos oficios, trabajadores de almacenes y pescadores.
La fundación de la hermandad coincidió con los principios doctrinales promulgados por el Concilio de Trento en la segunda mitad del siglo XVI. En 1566, se aprobaron las primeras reglas de la hermandad, que establecían su propósito de realizar buenas obras para alcanzar la salvación y promover la caridad cristiana.
La hermandad celebraba una estación de penitencia en la noche del Jueves Santo, desde la ermita de Santa Brígida hasta la parroquia de Santa Ana. Durante la procesión, los participantes rezaban en sufragio por las almas de los difuntos y realizaban actos de penitencia.
En los primeros tiempos, la procesión incluía un Crucificado llevado en andas por servidores, así como la imagen de la Virgen Dolorosa de la O bajo palio. Los hermanos se postraban ante la imagen de la Virgen María al concluir la estación, comprometiéndose a regresar en la mañana del Domingo de Resurrección para una misa solemne.
Además de la estación de penitencia, la hermandad celebraba cultos a lo largo del año en honor a la Virgen de la O, Santa Brígida, Santas Justa y Rufina, y otros eventos religiosos importantes.
La hermandad participaba en varias procesiones tanto habituales como extraordinarias, y tenía entre sus objetivos fundamentales la práctica de obras de misericordia, especialmente el entierro de los difuntos.
Para ser miembro de la hermandad, se exigía una conducta honorable y la participación en las actividades religiosas y penitenciales. La hermandad estaba dirigida por un prioste y otros cargos administrativos elegidos anualmente por los hermanos.
Con el tiempo, la iglesia de la O se convirtió en auxiliar de la parroquia de Santa Ana, lo que permitió a la hermandad administrar sacramentos y celebrar misas diarias para los fieles del sector norte de Triana.
La Hermandad de la O se mantuvo como una institución importante en la vida religiosa y comunitaria de Triana, sirviendo a sus miembros y a la comunidad durante siglos.
La historia de la Hermandad de la O está marcada por varios hitos importantes que han dado forma a su identidad y devoción a lo largo de los siglos.
En 1616, la Hermandad obtuvo el privilegio de celebrar el Jubileo de las Cuarenta Horas, un evento de gran importancia religiosa que hasta entonces solo se permitía en las parroquias. Esta conmemoración se llevaba a cabo con gran pompa y solemnidad, atrayendo a multitudes devotas de Sevilla y Triana.
En 1628, el templo perdió su condición de ayuda de parroquia, lo que implicó que ya no se celebraran bautizos en él. Sin embargo, se mantuvo la administración de los demás sacramentos, así como el culto al Santísimo Sacramento, que seguía siendo objeto de gran veneración por parte de la comunidad.
En 1685, la Hermandad tomó la decisión de encargar a Pedro Roldán la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno para reemplazar al Santo Cristo como titular. Esta decisión marcó el inicio de una nueva etapa en la iconografía de la hermandad, con la adopción de elementos barrocos en sus imágenes y pasos procesionales.
Además de la imagen de Jesús Nazareno, se encargó a Pedro Roldán la creación de un rostro y manos para una dolorosa, así como la confección de un paso de palio para la imagen de Nuestra Señora de la O. Estos elementos contribuyeron a la transformación estética de la cofradía hacia el estilo barroco.
En 1697, debido al crecimiento de la actividad de la Hermandad y al mal estado de la antigua ermita, se decidió construir una nueva iglesia. Esta obra se llevó a cabo con el esfuerzo conjunto de los hermanos de la O, quienes contribuyeron con dinero, materiales e incluso trabajo personal. El nuevo templo fue inaugurado el 20 de febrero de 1702, marcando un hito importante en la historia de la Hermandad.
La inauguración del nuevo templo fue celebrada con solemnidad durante cinco días, con la participación de diversas comunidades religiosas y autoridades eclesiásticas y civiles. Este evento reflejó la importancia y el arraigo de la Hermandad de la O en la vida religiosa y social de Triana y Sevilla.
El siglo XVIII fue un período de desarrollo y relativo esplendor para la Hermandad de la O, a pesar de los desafíos socioeconómicos que enfrentaba Sevilla y Triana. Durante esta época, la hermandad experimentó un crecimiento material y patrimonial notable, así como un fortalecimiento en el aspecto espiritual y devocional.
Se destacan varios hitos importantes durante este período:
Desarrollo patrimonial: La hermandad realizó importantes adquisiciones artísticas, como el retablo mayor realizado por el maestro entallador Miguel Franco en 1716, que fue dorado en 1759. También se confeccionó la cruz de carey y plata para la imagen de Jesús Nazareno en 1731, gracias a una donación de Julio Reinoso. Además, se encargó la hechura de un palio de plata al orfebre José Palomino Arrieta, entre 1761 y 1776.
Devoción y participación comunitaria: La profunda devoción hacia Nuestra Señora de la O se evidenció en eventos como la procesión de rogativas a la iglesia de Santa Ana en 1750, en respuesta a una sequía que afectaba a Sevilla. La participación activa de la comunidad en la hermandad se reflejaba en las numerosas donaciones recibidas para el mantenimiento de misas y capellanías en sufragio por los difuntos.
Reconocimiento sacramental: En 1785, el Consejo de Castilla aprobó las nuevas reglas de la hermandad, ratificando su carácter sacramental. Esta aprobación consolidó el papel de la Hermandad de la O en la vida religiosa de Triana, estableciendo la estación de penitencia en Viernes Santo, entre otras celebraciones.
Agregación a la Archicofradía del Santísimo Sacramento de Roma: En 1792, la Hermandad de la O fue agregada a la Ilustre Archicofradía del Santísimo Sacramento de la Iglesia de Santa María Supra Minerva de Roma, lo que significó un reconocimiento internacional de su devoción y servicio.
A pesar de los desafíos y adversidades, la Hermandad de la O se mantuvo firme en su compromiso religioso y comunitario durante el siglo XVIII, desempeñando un papel significativo en la vida de Triana y Sevilla.
Durante el siglo XIX, la Hermandad de la O experimentó una serie de transformaciones significativas, adaptándose a los cambios sociales, políticos y religiosos de la época:
Impacto de la crisis y la desamortización: Aunque la hermandad no sufrió saqueos durante la ocupación francesa, como muchas otras cofradías, sí se vio afectada por la crisis general que enfrentaron las instituciones religiosas durante el período de la desamortización. A pesar de contar con su propio templo, la hermandad enfrentó dificultades financieras debido a la pérdida de algunas fuentes de ingresos y a la supresión de órdenes religiosas que solían albergar algunas hermandades.
Cambio en la estación de penitencia: Durante el primer tercio del siglo XIX, la Hermandad de la O realizó la estación de penitencia de forma esporádica a la parroquia de Santa Ana. Sin embargo, en 1830, decidió realizar su procesión hasta la Santa Iglesia Catedral, convirtiéndose así en la primera hermandad de Triana en hacerlo. Este cambio marcó un hito importante en la evolución de la Semana Santa sevillana.
Renovación artística: La hermandad buscó establecer un estilo propio, especialmente en lo que respecta a sus imágenes y enseres procesionales. Se realizaron nuevas andas para Jesús Nazareno en 1846, inspiradas en modelos antiguos. Además, se llevaron a cabo renovaciones en el paso de palio y en las túnicas de los nazarenos, así como restauraciones de las imágenes, como la de María Santísima de la O.
Expansión territorial y reorganización eclesiástica: El arzobispo Benito Sanz y Forés reorganizó las demarcaciones parroquiales de la archidiócesis, creando una segunda parroquia en Triana, ubicada en el templo de la Hermandad de la O. Esta acción respondió al crecimiento poblacional del sector norte de Triana y consolidó el papel central de la hermandad en la vida religiosa local.
La Hermandad de la O ha continuado evolucionando y adaptándose a los desafíos del nuevo milenio, manteniendo su esencia tradicional pero también modernizándose para satisfacer las necesidades de la comunidad y cumplir con su misión fundacional.
HISTORIA Hermandad de la O
En algún momento de la primera mitad del siglo XVI, la Hermandad de Santas Justa y Rufina, del gremio de olleros de Triana, se asentó en el hospital de Santa Brígida.
Simultáneamente, surgió entre los vecinos del sector norte de Triana la devoción a la Virgen María en el momento de la Expectación del Parto. Esto llevó a la fundación de la cofradía de penitencia en 1566, donde se integraron los feligreses del hospital. Esta cofradía adoptó el nombre de Santa María de la O y Nuestra Santa Brígida, así como de las Vírgenes Santa Justa y Rufina.
El prioste Antonio Ramos Mexía desempeñó un papel fundamental en el florecimiento de la hermandad en el siglo XVIII, impulsando la construcción del nuevo templo y fomentando su patrimonio material y espiritual.
La antigüedad de la hermandad se reconoce a través de sus reglas y estatutos, que datan de 1566. A pesar de su larga historia, la hermandad sigue en pie, dedicada a la gloria y honra de Dios Nuestro Señor y su Santísima Madre.
La Hermandad de la O tiene sus raíces en el sector norte de Triana, en Sevilla, desde al menos la primera mitad del siglo XVI. Aunque la fecha exacta de su fundación anterior a 1566 no se puede determinar con precisión, se sabe que la hermandad ha permanecido en el mismo lugar geográfico y en la misma sede eclesiástica desde entonces, brindando asistencia religiosa al vecindario.
Los primeros miembros de la hermandad incluían a personas del campo que veneraban a Santa Brígida, así como a algunos olleros devotos de las Santas Justa y Rufina. Con el tiempo, se sumaron artesanos de diversos oficios, trabajadores de almacenes y pescadores.
La fundación de la hermandad coincidió con los principios doctrinales promulgados por el Concilio de Trento en la segunda mitad del siglo XVI. En 1566, se aprobaron las primeras reglas de la hermandad, que establecían su propósito de realizar buenas obras para alcanzar la salvación y promover la caridad cristiana.
La hermandad celebraba una estación de penitencia en la noche del Jueves Santo, desde la ermita de Santa Brígida hasta la parroquia de Santa Ana. Durante la procesión, los participantes rezaban en sufragio por las almas de los difuntos y realizaban actos de penitencia.
En los primeros tiempos, la procesión incluía un Crucificado llevado en andas por servidores, así como la imagen de la Virgen Dolorosa de la O bajo palio. Los hermanos se postraban ante la imagen de la Virgen María al concluir la estación, comprometiéndose a regresar en la mañana del Domingo de Resurrección para una misa solemne.
Además de la estación de penitencia, la hermandad celebraba cultos a lo largo del año en honor a la Virgen de la O, Santa Brígida, Santas Justa y Rufina, y otros eventos religiosos importantes.
La hermandad participaba en varias procesiones tanto habituales como extraordinarias, y tenía entre sus objetivos fundamentales la práctica de obras de misericordia, especialmente el entierro de los difuntos.
Para ser miembro de la hermandad, se exigía una conducta honorable y la participación en las actividades religiosas y penitenciales. La hermandad estaba dirigida por un prioste y otros cargos administrativos elegidos anualmente por los hermanos.
Con el tiempo, la iglesia de la O se convirtió en auxiliar de la parroquia de Santa Ana, lo que permitió a la hermandad administrar sacramentos y celebrar misas diarias para los fieles del sector norte de Triana.
La Hermandad de la O se mantuvo como una institución importante en la vida religiosa y comunitaria de Triana, sirviendo a sus miembros y a la comunidad durante siglos.
La historia de la Hermandad de la O está marcada por varios hitos importantes que han dado forma a su identidad y devoción a lo largo de los siglos.
En 1616, la Hermandad obtuvo el privilegio de celebrar el Jubileo de las Cuarenta Horas, un evento de gran importancia religiosa que hasta entonces solo se permitía en las parroquias. Esta conmemoración se llevaba a cabo con gran pompa y solemnidad, atrayendo a multitudes devotas de Sevilla y Triana.
En 1628, el templo perdió su condición de ayuda de parroquia, lo que implicó que ya no se celebraran bautizos en él. Sin embargo, se mantuvo la administración de los demás sacramentos, así como el culto al Santísimo Sacramento, que seguía siendo objeto de gran veneración por parte de la comunidad.
En 1685, la Hermandad tomó la decisión de encargar a Pedro Roldán la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno para reemplazar al Santo Cristo como titular. Esta decisión marcó el inicio de una nueva etapa en la iconografía de la hermandad, con la adopción de elementos barrocos en sus imágenes y pasos procesionales.
Además de la imagen de Jesús Nazareno, se encargó a Pedro Roldán la creación de un rostro y manos para una dolorosa, así como la confección de un paso de palio para la imagen de Nuestra Señora de la O. Estos elementos contribuyeron a la transformación estética de la cofradía hacia el estilo barroco.
En 1697, debido al crecimiento de la actividad de la Hermandad y al mal estado de la antigua ermita, se decidió construir una nueva iglesia. Esta obra se llevó a cabo con el esfuerzo conjunto de los hermanos de la O, quienes contribuyeron con dinero, materiales e incluso trabajo personal. El nuevo templo fue inaugurado el 20 de febrero de 1702, marcando un hito importante en la historia de la Hermandad.
La inauguración del nuevo templo fue celebrada con solemnidad durante cinco días, con la participación de diversas comunidades religiosas y autoridades eclesiásticas y civiles. Este evento reflejó la importancia y el arraigo de la Hermandad de la O en la vida religiosa y social de Triana y Sevilla.
El siglo XVIII fue un período de desarrollo y relativo esplendor para la Hermandad de la O, a pesar de los desafíos socioeconómicos que enfrentaba Sevilla y Triana. Durante esta época, la hermandad experimentó un crecimiento material y patrimonial notable, así como un fortalecimiento en el aspecto espiritual y devocional.
Se destacan varios hitos importantes durante este período:
Desarrollo patrimonial: La hermandad realizó importantes adquisiciones artísticas, como el retablo mayor realizado por el maestro entallador Miguel Franco en 1716, que fue dorado en 1759. También se confeccionó la cruz de carey y plata para la imagen de Jesús Nazareno en 1731, gracias a una donación de Julio Reinoso. Además, se encargó la hechura de un palio de plata al orfebre José Palomino Arrieta, entre 1761 y 1776.
Devoción y participación comunitaria: La profunda devoción hacia Nuestra Señora de la O se evidenció en eventos como la procesión de rogativas a la iglesia de Santa Ana en 1750, en respuesta a una sequía que afectaba a Sevilla. La participación activa de la comunidad en la hermandad se reflejaba en las numerosas donaciones recibidas para el mantenimiento de misas y capellanías en sufragio por los difuntos.
Reconocimiento sacramental: En 1785, el Consejo de Castilla aprobó las nuevas reglas de la hermandad, ratificando su carácter sacramental. Esta aprobación consolidó el papel de la Hermandad de la O en la vida religiosa de Triana, estableciendo la estación de penitencia en Viernes Santo, entre otras celebraciones.
Agregación a la Archicofradía del Santísimo Sacramento de Roma: En 1792, la Hermandad de la O fue agregada a la Ilustre Archicofradía del Santísimo Sacramento de la Iglesia de Santa María Supra Minerva de Roma, lo que significó un reconocimiento internacional de su devoción y servicio.
A pesar de los desafíos y adversidades, la Hermandad de la O se mantuvo firme en su compromiso religioso y comunitario durante el siglo XVIII, desempeñando un papel significativo en la vida de Triana y Sevilla.
Durante el siglo XIX, la Hermandad de la O experimentó una serie de transformaciones significativas, adaptándose a los cambios sociales, políticos y religiosos de la época:
Impacto de la crisis y la desamortización: Aunque la hermandad no sufrió saqueos durante la ocupación francesa, como muchas otras cofradías, sí se vio afectada por la crisis general que enfrentaron las instituciones religiosas durante el período de la desamortización. A pesar de contar con su propio templo, la hermandad enfrentó dificultades financieras debido a la pérdida de algunas fuentes de ingresos y a la supresión de órdenes religiosas que solían albergar algunas hermandades.
Cambio en la estación de penitencia: Durante el primer tercio del siglo XIX, la Hermandad de la O realizó la estación de penitencia de forma esporádica a la parroquia de Santa Ana. Sin embargo, en 1830, decidió realizar su procesión hasta la Santa Iglesia Catedral, convirtiéndose así en la primera hermandad de Triana en hacerlo. Este cambio marcó un hito importante en la evolución de la Semana Santa sevillana.
Renovación artística: La hermandad buscó establecer un estilo propio, especialmente en lo que respecta a sus imágenes y enseres procesionales. Se realizaron nuevas andas para Jesús Nazareno en 1846, inspiradas en modelos antiguos. Además, se llevaron a cabo renovaciones en el paso de palio y en las túnicas de los nazarenos, así como restauraciones de las imágenes, como la de María Santísima de la O.
Expansión territorial y reorganización eclesiástica: El arzobispo Benito Sanz y Forés reorganizó las demarcaciones parroquiales de la archidiócesis, creando una segunda parroquia en Triana, ubicada en el templo de la Hermandad de la O. Esta acción respondió al crecimiento poblacional del sector norte de Triana y consolidó el papel central de la hermandad en la vida religiosa local.
La Hermandad de la O ha continuado evolucionando y adaptándose a los desafíos del nuevo milenio, manteniendo su esencia tradicional pero también modernizándose para satisfacer las necesidades de la comunidad y cumplir con su misión fundacional.