La historia de la Hermandad de la Santa Cruz en el Monte Calvario, Santísimo Cristo de la Salvación y Nuestra Señora de la Soledad se remonta al año 1649, durante la devastadora peste que azotó Sevilla. En medio de la tragedia, surgió una asociación piadosa en torno a una cruz de madera en el lugar conocido como Caño Quebrado, hoy Plaza de Montesión. Esta asociación, que oraba por los fallecidos, sentó las bases de lo que más tarde se convertiría en la Hermandad.

En 1656, bajo el prelado Fray Pedro de Tapia, se presentaron las primeras Reglas de la Hermandad ante la autoridad eclesiástica, siendo aprobadas ese mismo año. En 1663, la cruz de madera fue reemplazada por una de hierro forjado, que aún se conserva en el altar de la cofradía junto a la imagen de la Santísima Virgen de la Soledad.

A lo largo de los años, la Hermandad experimentó varios traslados de sede, desde la Iglesia de San Juan Bautista hasta la actual en San Buenaventura. En 1847, se agregó la imagen de la Virgen de la Soledad, dando inicio a la hermandad de penitencia. Desde entonces, la cofradía ha sido testigo de la presencia de diversas personalidades, como el rey Alfonso XIII y la Reina Amelia de Portugal.

En 1935, se incorporó la imagen del Santísimo Cristo de la Salvación, labrada por Manuel Cerquera, como titular de la hermandad. En 1967, se autorizó el uso del título de «Franciscana», en honor a la larga convivencia con la comunidad de San Buenaventura.

En la actualidad, la Hermandad ostenta el título de Real, Ilustre y Franciscana. En 2001, se aprobó el deseo de los hermanos de que el Santísimo Cristo de la Salvación procesionara en la tarde del Viernes Santo, sujeto a la autorización de la Comunidad Franciscana. En 2006, se celebró solemnemente el 350 aniversario de su fundación, y en 2008, la casa de hermandad fue bendecida después de una gran reforma.

A lo largo de los siglos, la Hermandad de la Santa Cruz en el Monte Calvario, Santísimo Cristo de la Salvación y Nuestra Señora de la Soledad ha sido un pilar de devoción y tradición en Sevilla, llevando adelante sus rituales con fervor y dedicación.