La actual cofradía, cuyo título completo es «Antigua e Ilustre Hermandad del Santísimo Sacramento, María Santísima de las Nieves y Ánimas Benditas del Purgatorio y Pontificia y Real Archicofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús de las Tres Caídas, Nuestra Señora de Loreto y Señor San Isidoro», es el resultado de la unión de dos antiguas corporaciones en la Parroquia de San Isidoro, consolidada mediante una Concordia en 1975 y confirmada en 2009 con la fusión definitiva.

La primera de estas cofradías, conocida como la Hermandad Sacramental de San Isidoro, se originó en 1526 por iniciativa de Dª. Teresa Enríquez, también llamada «La Loca del Sacramento», y posteriormente se fusionó con la Hermandad de las Ánimas Benditas, fundada en 1528. Esta cofradía posee un valioso patrimonio artístico, destacando el barroco retablo de su Capilla, atribuido a Jerónimo Balbás y Duque Cornejo.

Por otro lado, la Hermandad penitencial de Nuestro Padre Jesús de las Tres Caídas tuvo sus orígenes en el siglo XVII en el convento de San Benito de la Calzada, adoptando más tarde la advocación de Nuestra Señora de Loreto. Esta hermandad experimentó un crecimiento significativo en devoción y patrimonio después de trasladarse a la Parroquia de San Isidoro en 1668.

A lo largo de los siglos, la Hermandad ha experimentado varios cambios en su organización y devociones, adaptándose a las circunstancias históricas y religiosas de cada época. En el siglo XVIII, alcanzó su esplendor con la propiedad de la Capilla en 1717 y el crecimiento continuo de la devoción popular.

En el siglo XIX, la Hermandad enfrentó desafíos durante la invasión napoleónica, perdiendo temporalmente algunas de sus obras de arte. Sin embargo, logró recuperarse gracias al liderazgo de figuras destacadas como D. Diego Tixe.

En el siglo XX, la Hermandad consolidó su devoción a Nuestra Señora de Loreto, especialmente después de que fuera nombrada patrona de la Aviación Mundial por el Papa Benedicto XV en 1920. La hermandad también realizó importantes renovaciones en sus pasos procesionales y retomó su esplendor después de enfrentar dificultades durante la década de 1980 debido a la restauración de la Parroquia.

En resumen, la Hermandad ha experimentado una rica historia marcada por fusiones, cambios y momentos de esplendor, manteniendo siempre su compromiso con la fe y la devoción a sus advocaciones.