Miércoles Santo | Hermandades Semana Santa Córdoba

El paso de los días parece rápido por lo que, de esta forma, se llega al Miércoles Santo en Córdoba. En este día distintas Hermandades realizan su Estación de Penitencia, en esta Semana Santa Córdoba. Hasta un total de seis Hermandades realizan, también, su camino hacia la Carrera Oficial en esta tarde de Miércoles Santo.

Las distintas Hermandades que realizan su Estación de Penitencia en el Miércoles Santo de Córdoba son:

Perdón

Calvario

Paz

Misericordia

Pasión 

Piedad

Parece, que ya conocemos cuales son las diferentes Hermandades que procesionan durante la jornada del Miércoles Santo por las calles, en esta Semana Santa Córdoba.

Por lo tanto… ¡Vamos a conocer toda la información sobre la Hermandad del Calvario!

Miércoles Santo | Hermandades Semana Santa Córdoba

El paso de los días parece rápido por lo que, de esta forma, se llega al Miércoles Santo en Córdoba. En este día distintas Hermandades realizan su Estación de Penitencia, en esta Semana Santa Córdoba. Hasta un total de seis Hermandades realizan, también, su camino hacia la Carrera Oficial en esta tarde de Miércoles Santo.

Las distintas Hermandades que realizan su Estación de Penitencia en el Miércoles Santo de Córdoba son:

Perdón

Calvario

Paz

Misericordia

Pasión 

Piedad

Parece, que ya conocemos cuales son las diferentes Hermandades que procesionan durante la jornada del Miércoles Santo por las calles, en esta Semana Santa Córdoba.

Por lo tanto… ¡Vamos a conocer toda la información sobre la Hermandad del Calvario!

Itinerarios Semana Santa Córdoba

HERMANDAD DEL CALVARIO

Ilustre, Piadosa y Secular Hermandad de Penitencia y Cofradía de Nazarenos de la Vía Sacra de Nuestro Padre Jesús del Calvario, Nuestra Señora del Mayor Dolor y San Lorenzo Mártir

 
Itinerarios Semana Santa Córdoba

HERMANDAD DEL CALVARIO

Ilustre, Piadosa y Secular Hermandad de Penitencia y Cofradía de Nazarenos de la Vía Sacra de Nuestro Padre Jesús del Calvario, Nuestra Señora del Mayor Dolor y San Lorenzo Mártir

SAGRADOS TITULARES | HERMANDAD DEL CALVARIO

Nuestro Padre Jesús del Calvario

La imagen de Nuestro Padre Jesús del Calvario de la Hermandad del Calvario es una talla de Fray Juan de la Concepción

El Sagrado Titular de dicha Hermandad fue tallado en el año 1723 representando el momento en que Jesús va con la cruz a cuestas.

Nuestra Señora del Mayor Dolor

La imagen de Nuestra Señora del Mayor Dolor de la Hermandad del Calvario es una talla de Francisco Díaz Jiménez y Antonio Castillo Ariza.

La Titular Mariana de dicha Hermandad fue tallada en el año 1945, refleja el sufrimiento y el amor por su hijo.

SAGRADOS TITULARES | HERMANDAD DEL CALVARIO

Nuestro Padre Jesús del Calvario

La imagen de Nuestro Padre Jesús del Calvario de la Hermandad del Calvario es una talla de Fray Juan de la Concepción

El Sagrado Titular de dicha Hermandad fue tallado en el año 1723 representando el momento en que Jesús va con la cruz a cuestas.

Nuestra Señora del Mayor Dolor

La imagen de Nuestra Señora del Mayor Dolor de la Hermandad del Calvario es una talla de Francisco Díaz Jiménez y Antonio Castillo Ariza.

La Titular Mariana de dicha Hermandad fue tallada en el año 1945, refleja el sufrimiento y el amor por su hijo.

ACOMPAÑAMIENTO MUSICAL HERMANDAD DEL CALVARIO | MIÉRCOLES SANTO

Acompañará musicalmente a la imagen de Nuestro Padre Jesús del Calvario

Acompañará musicalmente a la imagen de Nuestra Señora del Mayor Dolor. 

ACOMPAÑAMIENTO MUSICAL HERMANDAD DEL CALVARIO | MIÉRCOLES SANTO

BANDA DE CORNETAS Y TAMBORES NUESTRO PADRE JESÚS NAZARENO

Acompañará musicalmente a la imagen de Nuestro Padre Jesús del Calvario

Banda y Unidad de Música Nuestra Señora de los Ángeles

Acompañará musicalmente a la imagen de Nuestra Señora del Mayor Dolor. 

Itinerario HERMANDAD DEL CALVARIO | MIÉRCOLES SANTO 2025

Real Parroquia de San Lorenzo Mártir

* Itinerario basado en la Semana Santa de 2024

La Hermandad del Calvario realizará su salida a las 18:00 horas y, seguirá el siguiente itinerario por las calles de Córdoba:

Plaza de San Lorenzo
Ronda de Andújar
Plaza de la Magdalena
Ancha de la Magdalena
Alfonso XII
Plaza de San Pedro
Don Rodrigo
Lineros
Lucano
Cruz de Rastro
Ronda de Isasa
Puerta del Puente
Carrera Oficial (21:04)
Magistral González Francés
Cardenal González
San Fernando
Diario Córdoba
Capitulares
San Pablo
Plaza de San Andrés
Realejo
Santa María de Gracia
Plaza de San Lorenzo

Tras haber realizado este itinerario, la Hermandad del Calvario tiene prevista su entrada a las 00:50 horas.

Itinerario HERMANDAD DEL CALVARIO | MIÉRCOLES SANTO 2025

La Hermandad del Calvario realizará su salida a las 18:00 horas y, seguirá el siguiente itinerario por las calles de Córdoba:

Plaza de San Lorenzo
Ronda de Andújar
Plaza de la Magdalena
Ancha de la Magdalena
Alfonso XII
Plaza de San Pedro
Don Rodrigo
Lineros
Lucano
Cruz de Rastro
Ronda de Isasa
Puerta del Puente
Carrera Oficial (21:04)
Magistral González Francés
Cardenal González
San Fernando
Diario Córdoba
Capitulares
San Pablo
Plaza de San Andrés
Realejo
Santa María de Gracia
Plaza de San Lorenzo

Tras haber realizado este itinerario, la Hermandad del Calvario tiene prevista su entrada a las 00:50 horas.

* Itinerario basado en la Semana Santa de 2024

HISTORIA Hermandad del Calvario

En el siglo XVIII, unos cuantos hombres de buena voluntad, fervorosos y excelentes cristianos, encabezados por Santiago Repiso, se congregaron con el único objetivo de meditar sobre la vida, pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo mediante el ejercicio del Santo Vía Crucis, práctica propagada en occidente a principios del siglo XV por el Beato Álvaro de Córdoba. Con este fin, fundaron la Santa Hermandad de la Sagrada Pasión y Vía Sacra de Nuestro Señor Jesucristo en la Parroquia de San Lorenzo Mártir el 20 de julio de 1722, con la aprobación y confirmación de las primeras constituciones por el obispo Marcelino Siuri. La primera Vía Sacra se realizó el 25 de agosto de 1722 al Calvario existente en el Campo del Marrubial, situado a extramuros de la ciudad y próximo a la Puerta de Plasencia.

Constituida y en marcha la Cofradía, el número de hermanos creció rápidamente, y se logró, con el producto de las limosnas reglamentarias y algunos ingresos extraordinarios, encargar la hechura de una imagen de Jesús Nazareno con la Cruz a cuestas al trinitario descalzo Fray Juan de la Concepción. Esta imagen, que aún subsiste, se bendijo el 9 de abril de 1724 en el palacio episcopal por el obispo Marcelino Siuri y se trasladó aquella misma noche a la collación de San Lorenzo para el Santo Ejercicio del Vía Crucis.

En esos años, surgió una gran contienda entre el rector de la parroquia, Pedro José de Luque, y la Cofradía debido a lo dispuesto en las primitivas constituciones, que estipulaban que se sacara la Vía Sacra todos los viernes del año, domingos y días festivos, usando la imagen de Jesús Nazareno para fomentar la devoción de los fieles. El rector se opuso a estas salidas, alegando que tenían carácter de procesión, y consiguió la orden eclesiástica de no permitir que los hermanos sacasen la imagen de Jesús Nazareno en andas para el ejercicio del Vía Crucis. A pesar de la actitud del párroco, la Hermandad se dirigió al obispo Marcelino Siuri, quien decretó el 26 de marzo de 1725 que por ese año se realizara el Vía Crucis. Sin embargo, la Cofradía tuvo que conformarse con realizar la Vía Sacra una sola vez al año con carácter de procesión.

Para los años venideros, se acordó que la imagen de Jesús Nazareno saldría en andas el domingo siguiente a la Cuaresma o el Domingo de Ramos por la tarde. El recorrido de la estación comenzaría desde la iglesia parroquial de San Lorenzo, pasando por la calle Mayor hasta la Puerta de Plasencia y de allí al Calvario del Marrubial. Durante el trayecto, en tono de oración del Vía Crucis, se dirían las estaciones correspondientes sin detenerse ni hacer genuflexión, regresando luego a la iglesia por la calle Empedrada, la calle de la Banda, hasta San Lorenzo. Antes de salir la procesión, se predicaría un sermón y se invitaría a músicos para cantar el salmo del Miserere durante el trayecto.

En 1732, la Cofradía experimentó un primer período de decadencia, limitándose a celebrar la procesión anual y dos Cabildos. Sin embargo, en 1741, bajo el mandato de Juan de Orgaz y Recio y con la llegada de Pedro Díaz Polo a la rectoría de San Lorenzo, la Hermandad recuperó su esplendor.

Durante la década de 1750, mientras se reformaba la iglesia de San Lorenzo, la imagen de Jesús del Calvario estuvo en casa de Eugenio de Alfaro. Al finalizar las obras, se realizó una procesión para devolver las imágenes a la iglesia, donde la Cofradía levantó un altar en el Compás de San Agustín.

En 1765, durante la Vía Sacra, el Hermano Mayor del Santísimo Sacramento, Pablo Nadales, hizo cambios en los altares, desplazando la imagen de Jesús del Calvario y provocando un pleito que se resolvió el 3 de junio de 1765. El Vicario General de la diócesis, Francisco Sánchez Navas, ordenó que la imagen de Jesús del Calvario se colocara en su nicho y altar en la capilla contigua al Sagrario, y advirtió a Nadales que no hiciera más cambios sin autorización eclesiástica.

El fervor por la imagen de Jesús del Calvario en el barrio de San Lorenzo se manifestó a finales del siglo XVIII con un notable aumento en el número de hermanos, alcanzando cifras sin precedentes hasta entonces.

La ocupación francesa de Córdoba por las tropas napoleónicas el 7 de junio de 1808 provocó un gran saqueo en la parroquia de San Lorenzo, causando numerosos destrozos en la documentación, enseres y objetos de culto, y sustrayéndose grandes cantidades de plata tanto del patrimonio del templo como de la propia Hermandad. A pesar de los perjuicios económicos sufridos, la Cofradía logró mantenerse con vida, pero inició un nuevo episodio de decadencia que se extendió a lo largo de la etapa decimonónica, con un importante descenso en el número de hermanos debido a los inestables y convulsos episodios bélicos característicos de esta época de supervivencia, desánimo y desorientación religiosa.

El tradicional Vía Crucis quedó interrumpido con la promulgación en 1820 por el obispo Pedro Antonio de Trevilla del reglamento que redujo los desfiles procesionales a la procesión oficial del Santo Entierro del Viernes Santo. Esta situación provocó dificultades para las cofradías de la ciudad, incluida la Vía Sacra, que se vio incapacitada para realizar su procesión anual al Calvario del Marrubial hasta 1851, cuando logró organizar el Domingo de Pasión una procesión independiente de la oficial.

En la década de los sesenta del siglo XIX, la imagen de Jesús del Calvario comenzó a sustituir de forma intermitente a la de Jesús Nazareno en la procesión oficial del Santo Entierro, alternándose en función de las circunstancias internas de cada hermandad.

Durante esta etapa, la Cofradía adquirió el sobrenombre de Hermandad de los Panaderos debido a la presencia de al menos doce hornos en la collación de San Lorenzo y al ingreso en la corporación de artesanos y comerciantes dedicados al oficio del pan. Uno de los hornos del barrio, situado frente al convento de monjas de Santa María de Gracia, pertenecía al Hermano Mayor José Salmoral, mientras que otro horno, ubicado en la esquina de la calle Trueque, era propiedad del tesorero de la Hermandad Antonio Millán Remesal.

En 1873 comenzó un largo período de ocaso y letargo, limitándose por tradición y costumbre a la participación de Jesús del Calvario en la procesión oficial del Santo Entierro. Destaca la convocatoria del hermano mayor de la Hermandad al gremio de panaderos para acompañar a la imagen de Jesús del Calvario en la popular procesión del Viernes Santo de 1874.

En los últimos lustros del siglo XIX, la imagen de Jesús del Calvario procesionó al margen del desfile oficial del Viernes Santo. En 1891 y 1892, se organizó una procesión independiente desde la iglesia de San Francisco con las imágenes de Nuestro Padre Jesús de la Oración en el Huerto, Señor Amarrado a la Columna, Nuestro Padre Jesús del Calvario de la iglesia de San Lorenzo y Nuestra Señora del Mayor Dolor del hospital de Jesús Nazareno, actual María Santísima Nazarena. Asimismo, en 1899, la imagen de Jesús del Calvario salió junto a la de Nuestra Señora de las Angustias en una procesión independiente solicitada por su hermano mayor al obispo de la diócesis, José Pozuelo y Herrero.

La popular efigie de Jesús del Calvario permaneció sin salir durante los primeros años del siglo XX. En 1908, volvió a incorporarse a la procesión del Santo Entierro, cuya participación se mantuvo con regularidad, con la única excepción de la procesión oficial de 1910, hasta la reorganización de la Cofradía dos lustros más tarde.

José Morales Torres, feligrés del barrio de San Lorenzo y conocedor de la existencia de una antigua Cofradía consagrada al culto del Nazareno de la Vía Sacra, concibió el proyecto de reestablecerla con el apoyo del párroco Salvador Roldán Requena. Logró ver premiados sus afanes y conseguidos sus propósitos con la adhesión de numerosos vecinos del barrio y personas ajenas a él. Así, en 1918 se reorganizó la Hermandad bajo la denominación de Nuestro Padre Jesús del Calvario, cumpliéndose su deseo de sacar ese mismo año la imagen de Jesús del Calvario en la procesión del Viernes Santo.

Se establecieron como prioridades ejecutar unas nuevas andas para los años venideros, procurar la unión de la imagen de Nuestra Señora del Mayor Dolor venerada en el convento-hospital de Jesús Nazareno, y redactar un reglamento para el gobierno de la Hermandad.

La recién reorganizada Hermandad comenzó a contar con el acompañamiento de la imagen de las monjas hospitalarias de Jesús Nazareno, conocida también en un principio como Nuestra Señora de los Dolores, en la salida procesional del Miércoles Santo de 1919. La incorporación de la dolorosa obligó a acordar el 13 de enero de 1920 que en lo sucesivo esta Hermandad se titulase de Nuestro Padre Jesús del Calvario y Nuestra Señora del Mayor Dolor.

Como el mejor medio para reunir dinero con destino a las nuevas andas del Señor, se organizó una tómbola en la fiesta y verbena de San Lorenzo, con cuyo producto se logró aceptar la proposición de Manuel Morales Pérez como la más artística de diseño y más ventajosa en precio. Asimismo, se encomendó el dorado de las mismas a Rafael Díaz Fernández, quedando satisfecha una de sus aspiraciones más sentidas y urgentes el Miércoles Santo de 1920. Al año siguiente se acordó hacer unas andas nuevas para la imagen de Nuestra Señora del Mayor Dolor, construidas por Manuel Morilla y estrenadas ese mismo Miércoles Santo.

La Semana Santa de 1922 ofreció la particularidad de la celebración de la salida procesional el Martes Santo en unión con las imágenes del Santo Cristo de Gracia y Nuestra Señora de las Angustias, acompañadas por sus respectivas cofradías, saliendo todas de la parroquia de San Lorenzo. La experiencia no volvió a repetirse al año siguiente, pues únicamente procesionaron el Miércoles Santo las imágenes de Nuestro Padre Jesús del Calvario y Nuestra Señora del Mayor Dolor.

En la procesión del Miércoles Santo de 1924 se estrenó en el paso de Jesús del Calvario la figura de un Cirineo, revestido con ropas confeccionadas por las hermanas de Jesús Nazareno, que ayudó al Señor a llevar la Cruz y que fue realizada en los talleres Casadevall de Olot.

El Miércoles Santo de 1925 volvieron a salir conjuntamente las hermandades de Jesús del Calvario, Cristo de Gracia y Nuestra Señora de las Angustias, y se innovó en el desfile procesional con cinco soldados romanos montados a caballo escoltando al paso de Jesús del Calvario, captando la atención de los cordobeses al ir enteramente caracterizados con indumentaria y armas. Curiosamente, hasta 1931 siguió formando parte de la procesión de Jesús del Calvario la Hermandad del Santísimo Cristo de Gracia.

La Cofradía protagonizó una etapa de auge durante el mandato de Juan de Austria y Carrión, pudiendo ponerse a la altura de las mejores y más ricas de Córdoba por la suntuosidad y esplendidez de sus fiestas religiosas.

La pujanza de la Hermandad quedó truncada en 1931 con la proclamación de la II República, que significó la supresión de los desfiles procesionales de 1932, 1933 y 1934. La Semana Santa de 1935 contó únicamente con la procesión oficial del Santo Entierro, en la que formó parte la venerable imagen de Jesús del Calvario acompañado por el clásico piquete de romanos a caballo. En 1936, solo procesionó la Virgen de las Angustias bajo un ambiente de tensión contenida.

A partir de 1937, la Hermandad reanudó su actividad y actos de culto, así como la procesión del Miércoles Santo, organizados ese año por el rector de la parroquia con la ayuda de varios feligreses.

Al siguiente año, la Cofradía cogió impulso y presentó en la salida procesional la novedad de un nuevo palio en tisú de plata, encaje de oro y terciopelo fino verde, con colgantes de plata y lágrimas de cristal, y cinco pinturas y golondrinas. Este fue realizado bajo la dirección artística de Juan Martínez Cerrillo y la dirección técnica y trabajo de Carmen Retamosa del Real, con la ayuda en la confección de varias señoritas de la feligresía de San Lorenzo. Asimismo, estrenó los varales del palio ejecutados en los talleres de platería de Francisco Ruiz Ruiz “La Milagrosa” y lució el paso del Señor por primera vez una escultura de la Verónica, realizada por Juan Martínez Cerrillo. Además, se modificó la advocación de la Santísima Virgen a Nuestra Señora del Mayor Dolor y Esperanza, aún con la prestada dolorosa del convento-hospital de Jesús Nazareno, y se designó Camarera Mayor Honoraria a Carmen Franco Polo, quien accedió al nombramiento el 3 de marzo de 1938.

La lluvia obligó a suspender la salida del Miércoles Santo de 1939, retrasándose al Jueves Santo. La hora se estableció a las cinco de la tarde con el fin de no estorbar al resto de hermandades. Sin embargo, la lluvia hizo suspender por segunda vez la procesión, acordándose finalmente salir pasadas las nueve y media tras una mejoría en el temporal. La Hermandad del Calvario entró en Carrera Oficial justo detrás de las Angustias en esta jornada histórica y atípica.

Por desavenencias de la Junta de Gobierno con las monjas, dejó de procesionar la dolorosa del convento-hospital de Jesús Nazareno, que fue sustituida por una nueva talla regalada por Juan Martínez Cerrillo con el título de Nuestra Señora del Mayor Dolor y Esperanza. En la mañana del 11 de febrero de 1940, se llevó a cabo la bendición y coronación de la nueva imagen por el canónigo y Hermano Mayor Honorario Félix Romero Mengíbar, ejerciendo como padrinos Elena Lora y su hijo Rafael Espinosa de los Monteros Lora. Tras la bendición, la imagen quedó expuesta en solemne besamanos durante tres días y efectuó su primera salida procesional ese mismo año, antecedida de un tramo de nazarenos con túnicas moradas y capirotes blancos. Dicha imagen procesionó por última vez el Miércoles Santo de 1943, al no encontrarse en condiciones para su salida al año siguiente por no disponer de peto y manto aparentes y necesitar bastantes retoques, además del anhelo de volver a procesionar la dolorosa del hospital de Jesús Nazareno, por ser la que siempre sacó esta Hermandad.

En 1943, se reunió la Junta Directiva con carácter extraordinario para dar cuenta del macabro crimen cometido en la barbería de la calle San Pablo contra el directivo, archivero y delegado artístico de la Hermandad, Enrique Gallego Gámez. Se ensalzó la labor que desarrolló en beneficio de la Cofradía y se acordó celebrar un solemne funeral costeado por la Hermandad en la capilla de Jesús del Calvario. La prensa nacional hizo eco del asesinato y descuartizamiento de Enrique Gallego Gámez por su barbero y amigo de la infancia, Francisco Reyes Sorroche, quien trató de ocultar su delito arrojando los trozos del cuerpo al río envueltos en papel de periódico.

En 1944, se efectuó la reforma y retoque del paso de Nuestro Padre Jesús del Calvario, que resultó lo más lucido posible.

A comienzos de 1945, los imagineros Antonio Castillo Ariza y Francisco Díaz Jiménez ofrecieron una nueva talla de Nuestra Señora del Mayor Dolor, basada en la dolorosa del hospital de Jesús Nazareno, para que procesione ese mismo año y sustituya a la anterior. La bendición de la imagen tuvo lugar el 11 de marzo de 1945 por el Consiliario de la Hermandad y Párroco de San Lorenzo, José Serrano Aguilera, con la presencia de Josefa Espinosa y Sandalio Vidal Cabrera como padrinos de la ceremonia.

Al disponer de una nueva titular, Juan Martínez Cerrillo reclamó la imagen que talló de Nuestra Señora del Mayor Dolor y Esperanza, retirada del culto y aún bajo custodia de la Hermandad, para intentar venderla. La Junta de Gobierno accedió a tal pretensión y entregó la imagen previa autorización episcopal el 21 de febrero de 1947. Ese mismo año, la Hermandad de los Estudiantes de Jaén adquirió la imagen, que se bendijo el 20 de febrero de 1948 bajo la denominación de Nuestra Señora de las Lágrimas.

A finales de 1949, se encargó al escultor Amadeo Ruiz Olmos la restauración de la imagen de Nuestro Padre Jesús del Calvario.

Fruto de la vinculación existente con la Prisión Provincial de Córdoba, perteneciente a la feligresía de San Lorenzo, el Director del Centro Penitenciario, Juan Batista, donó en 1950 unas andas de madera tallada para Nuestra Señora del Mayor Dolor, que fueron realizadas por José Fierro y varios reclusos en los talleres de la Prisión Provincial. Las nuevas andas procesionaron por primera vez en la Semana Santa de ese año con grandes dificultades por sus dimensiones, dada la estrechez de algunas calles, por lo que tuvo que reformarse en 1953 en los mismos talleres del Centro Penitenciario. En 1955, la Agrupación de Cofradías comunicó que, por estar sindicados los faeneros, adoptaron poner un salario de cien pesetas por faenero, y debido a que el paso de la Virgen necesitaba unos cuarenta faeneros, se acordó sacar el paso antiguo, por ser más chico y de menos peso, y sin palio, por encontrarse muy deteriorado. Al año siguiente, dejó de procesionar en solitario la imagen de Nuestra Señora del Mayor Dolor para acompañar a la de Jesús del Calvario en su paso procesional de forma esporádica a finales de la década de los cincuenta.

En 1961, se estrenó un nuevo paso para Jesús del Calvario realizado por Juan Martínez Cerrillo, quien incluyó en su decoración ornatos de guadamecí. Posteriormente, se continuó embelleciendo el paso del Señor con cuatro evangelistas y cuatro medallones con escenas de la Pasión tallados, dorados y policromados por Antonio Rubio Moreno en 1965.

La Hermandad experimentó un cierto declive durante la década de los sesenta, hasta que a partir de mediados de los años setenta se constató un paulatino despertar y acercamiento a la juventud de la Cofradía, que se fue consolidando hasta alcanzar vitalidad en los lustros siguientes. Durante varios años al inicio de la década de los setenta, y de manera ocasional, volvió a incorporarse al paso del Señor la imagen de Nuestra Señora del Mayor Dolor.

El mandato de José María Gutiérrez Casares, iniciado en 1980, marcó una era de modernización y adaptación para la Cofradía. Bajo su liderazgo, la Hermandad experimentó un auténtico auge, dinamismo y revitalización, enriqueciendo enormemente su patrimonio. La Cofradía recuperó su papel prominente en la Semana Santa como una hermandad de solera, regresando a sus orígenes con la reintroducción del ejercicio del Santo Vía Crucis durante el recorrido procesional. Tras veinticinco años sin procesionar, Nuestra Señora del Mayor Dolor se reincorporó a la Semana Santa en un nuevo paso de palio el Miércoles Santo de 1981, aunque la lluvia solo permitió llegar hasta San Andrés. Debido al deseo de procesionar la imagen del Señor por hermanos costaleros, se restauró la talla de Jesús del Calvario, necesitada de reforzamiento interno, por el escultor Miguel Arjona Navarro en 1984. Con motivo del especial vínculo de la Cofradía desde sus inicios fundacionales con el Glorioso Levita y Mártir San Lorenzo, se incluyó como titular de la Hermandad en 1987. En 1990 se acordó una necesaria restauración a Nuestra Señora del Mayor Dolor sometida por el imaginero Miguel Ángel González Jurado, quien le realizó una nueva encarnadura. Esta etapa de esplendor se materializó en la realización de diversos proyectos entre los que destacó la ejecución, entre 1986 y 1992, de un nuevo paso para Jesús del Calvario tallado por Manuel Guzmán Bejarano y dorado por Manuel Calvo Camacho. La Semana Santa de 1994 estuvo marcada por el destacado estreno de los varales del palio de Nuestra Señora del Mayor Dolor, en plata de ley cincelada por los Hermanos Delgado, que fueron los primeros componentes de un paso de Virgen que se habían realizado en tan noble metal desde que, en tiempos de la Guerra Civil, la Hermandad de los Dolores incorporó en su paso sus respiraderos actuales. El 12 de octubre de 1995, día en el que se celebraba el Solemne Septenario en honor de Nuestra Señora del Mayor Dolor por su cincuenta aniversario, se produjo un fatídico incendio en el altar de cultos que afectó a la imagen y a parte de sus ropas y enseres, por lo que tuvo que ser restaurada de nuevo por el imaginero Miguel Ángel González Jurado. De septiembre del año 2000 a marzo de 2001 la imagen del Señor se sometió a un proceso de restauración tras un estudio pormenorizado de la talla por el restaurador Enrique Ortega Ortega. Una vez concluida la intervención, tuvo lugar la estancia de Nuestro Padre Jesús del Calvario durante tres días en el Convento de Santa Isabel de las Hermanas Clarisas Franciscanas, que acogieron con cariño a la Sagrada Imagen. A consecuencia de la restauración de la Parroquia de San Lorenzo Mártir, la Hermandad trasladó las imágenes de Nuestro Padre Jesús del Calvario y Nuestra Señora del Mayor Dolor a la Basílica del Juramento de San Rafael en diciembre de 2006. La estación de penitencia de 2007 estuvo marcada por la salida procesional desde la Real Iglesia de San Pablo, no pudiendo hacerlo en el año 2008 por inclemencias meteorológicas. Las Sagradas Imágenes regresaron a San Lorenzo en marzo de 2009 tras su reapertura. Con motivo del tricentésimo aniversario fundacional, la Sagrada Imagen de Nuestro Padre Jesús del Calvario presidió el Vía Crucis Penitencial de las Hermandades y Cofradías el 5 de marzo de 2022 en la Santa Iglesia Catedral. Por tal efeméride, la Hermandad celebró Año Jubilar desde el día 14 de marzo de 2022 al 18 de marzo de 2023 tras la concesión por la Penitenciaría Apostólica de Indulgencia plenaria a los fieles cristianos que estén verdaderamente arrepentidos del pecado cometido, cumplan debidamente la confesión sacramental, comunión eucarística y oración por las intenciones del Sumo Pontífice, y participen en los actos que se organicen con ocasión del Jubileo.

HISTORIA Hermandad del Calvario

En el siglo XVIII, unos cuantos hombres de buena voluntad, fervorosos y excelentes cristianos, encabezados por Santiago Repiso, se congregaron con el único objetivo de meditar sobre la vida, pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo mediante el ejercicio del Santo Vía Crucis, práctica propagada en occidente a principios del siglo XV por el Beato Álvaro de Córdoba. Con este fin, fundaron la Santa Hermandad de la Sagrada Pasión y Vía Sacra de Nuestro Señor Jesucristo en la Parroquia de San Lorenzo Mártir el 20 de julio de 1722, con la aprobación y confirmación de las primeras constituciones por el obispo Marcelino Siuri. La primera Vía Sacra se realizó el 25 de agosto de 1722 al Calvario existente en el Campo del Marrubial, situado a extramuros de la ciudad y próximo a la Puerta de Plasencia.

Constituida y en marcha la Cofradía, el número de hermanos creció rápidamente, y se logró, con el producto de las limosnas reglamentarias y algunos ingresos extraordinarios, encargar la hechura de una imagen de Jesús Nazareno con la Cruz a cuestas al trinitario descalzo Fray Juan de la Concepción. Esta imagen, que aún subsiste, se bendijo el 9 de abril de 1724 en el palacio episcopal por el obispo Marcelino Siuri y se trasladó aquella misma noche a la collación de San Lorenzo para el Santo Ejercicio del Vía Crucis.

En esos años, surgió una gran contienda entre el rector de la parroquia, Pedro José de Luque, y la Cofradía debido a lo dispuesto en las primitivas constituciones, que estipulaban que se sacara la Vía Sacra todos los viernes del año, domingos y días festivos, usando la imagen de Jesús Nazareno para fomentar la devoción de los fieles. El rector se opuso a estas salidas, alegando que tenían carácter de procesión, y consiguió la orden eclesiástica de no permitir que los hermanos sacasen la imagen de Jesús Nazareno en andas para el ejercicio del Vía Crucis. A pesar de la actitud del párroco, la Hermandad se dirigió al obispo Marcelino Siuri, quien decretó el 26 de marzo de 1725 que por ese año se realizara el Vía Crucis. Sin embargo, la Cofradía tuvo que conformarse con realizar la Vía Sacra una sola vez al año con carácter de procesión.

Para los años venideros, se acordó que la imagen de Jesús Nazareno saldría en andas el domingo siguiente a la Cuaresma o el Domingo de Ramos por la tarde. El recorrido de la estación comenzaría desde la iglesia parroquial de San Lorenzo, pasando por la calle Mayor hasta la Puerta de Plasencia y de allí al Calvario del Marrubial. Durante el trayecto, en tono de oración del Vía Crucis, se dirían las estaciones correspondientes sin detenerse ni hacer genuflexión, regresando luego a la iglesia por la calle Empedrada, la calle de la Banda, hasta San Lorenzo. Antes de salir la procesión, se predicaría un sermón y se invitaría a músicos para cantar el salmo del Miserere durante el trayecto.

En 1732, la Cofradía experimentó un primer período de decadencia, limitándose a celebrar la procesión anual y dos Cabildos. Sin embargo, en 1741, bajo el mandato de Juan de Orgaz y Recio y con la llegada de Pedro Díaz Polo a la rectoría de San Lorenzo, la Hermandad recuperó su esplendor.

Durante la década de 1750, mientras se reformaba la iglesia de San Lorenzo, la imagen de Jesús del Calvario estuvo en casa de Eugenio de Alfaro. Al finalizar las obras, se realizó una procesión para devolver las imágenes a la iglesia, donde la Cofradía levantó un altar en el Compás de San Agustín.

En 1765, durante la Vía Sacra, el Hermano Mayor del Santísimo Sacramento, Pablo Nadales, hizo cambios en los altares, desplazando la imagen de Jesús del Calvario y provocando un pleito que se resolvió el 3 de junio de 1765. El Vicario General de la diócesis, Francisco Sánchez Navas, ordenó que la imagen de Jesús del Calvario se colocara en su nicho y altar en la capilla contigua al Sagrario, y advirtió a Nadales que no hiciera más cambios sin autorización eclesiástica.

El fervor por la imagen de Jesús del Calvario en el barrio de San Lorenzo se manifestó a finales del siglo XVIII con un notable aumento en el número de hermanos, alcanzando cifras sin precedentes hasta entonces.

La ocupación francesa de Córdoba por las tropas napoleónicas el 7 de junio de 1808 provocó un gran saqueo en la parroquia de San Lorenzo, causando numerosos destrozos en la documentación, enseres y objetos de culto, y sustrayéndose grandes cantidades de plata tanto del patrimonio del templo como de la propia Hermandad. A pesar de los perjuicios económicos sufridos, la Cofradía logró mantenerse con vida, pero inició un nuevo episodio de decadencia que se extendió a lo largo de la etapa decimonónica, con un importante descenso en el número de hermanos debido a los inestables y convulsos episodios bélicos característicos de esta época de supervivencia, desánimo y desorientación religiosa.

El tradicional Vía Crucis quedó interrumpido con la promulgación en 1820 por el obispo Pedro Antonio de Trevilla del reglamento que redujo los desfiles procesionales a la procesión oficial del Santo Entierro del Viernes Santo. Esta situación provocó dificultades para las cofradías de la ciudad, incluida la Vía Sacra, que se vio incapacitada para realizar su procesión anual al Calvario del Marrubial hasta 1851, cuando logró organizar el Domingo de Pasión una procesión independiente de la oficial.

En la década de los sesenta del siglo XIX, la imagen de Jesús del Calvario comenzó a sustituir de forma intermitente a la de Jesús Nazareno en la procesión oficial del Santo Entierro, alternándose en función de las circunstancias internas de cada hermandad.

Durante esta etapa, la Cofradía adquirió el sobrenombre de Hermandad de los Panaderos debido a la presencia de al menos doce hornos en la collación de San Lorenzo y al ingreso en la corporación de artesanos y comerciantes dedicados al oficio del pan. Uno de los hornos del barrio, situado frente al convento de monjas de Santa María de Gracia, pertenecía al Hermano Mayor José Salmoral, mientras que otro horno, ubicado en la esquina de la calle Trueque, era propiedad del tesorero de la Hermandad Antonio Millán Remesal.

En 1873 comenzó un largo período de ocaso y letargo, limitándose por tradición y costumbre a la participación de Jesús del Calvario en la procesión oficial del Santo Entierro. Destaca la convocatoria del hermano mayor de la Hermandad al gremio de panaderos para acompañar a la imagen de Jesús del Calvario en la popular procesión del Viernes Santo de 1874.

En los últimos lustros del siglo XIX, la imagen de Jesús del Calvario procesionó al margen del desfile oficial del Viernes Santo. En 1891 y 1892, se organizó una procesión independiente desde la iglesia de San Francisco con las imágenes de Nuestro Padre Jesús de la Oración en el Huerto, Señor Amarrado a la Columna, Nuestro Padre Jesús del Calvario de la iglesia de San Lorenzo y Nuestra Señora del Mayor Dolor del hospital de Jesús Nazareno, actual María Santísima Nazarena. Asimismo, en 1899, la imagen de Jesús del Calvario salió junto a la de Nuestra Señora de las Angustias en una procesión independiente solicitada por su hermano mayor al obispo de la diócesis, José Pozuelo y Herrero.

La popular efigie de Jesús del Calvario permaneció sin salir durante los primeros años del siglo XX. En 1908, volvió a incorporarse a la procesión del Santo Entierro, cuya participación se mantuvo con regularidad, con la única excepción de la procesión oficial de 1910, hasta la reorganización de la Cofradía dos lustros más tarde.

José Morales Torres, feligrés del barrio de San Lorenzo y conocedor de la existencia de una antigua Cofradía consagrada al culto del Nazareno de la Vía Sacra, concibió el proyecto de reestablecerla con el apoyo del párroco Salvador Roldán Requena. Logró ver premiados sus afanes y conseguidos sus propósitos con la adhesión de numerosos vecinos del barrio y personas ajenas a él. Así, en 1918 se reorganizó la Hermandad bajo la denominación de Nuestro Padre Jesús del Calvario, cumpliéndose su deseo de sacar ese mismo año la imagen de Jesús del Calvario en la procesión del Viernes Santo.

Se establecieron como prioridades ejecutar unas nuevas andas para los años venideros, procurar la unión de la imagen de Nuestra Señora del Mayor Dolor venerada en el convento-hospital de Jesús Nazareno, y redactar un reglamento para el gobierno de la Hermandad.

La recién reorganizada Hermandad comenzó a contar con el acompañamiento de la imagen de las monjas hospitalarias de Jesús Nazareno, conocida también en un principio como Nuestra Señora de los Dolores, en la salida procesional del Miércoles Santo de 1919. La incorporación de la dolorosa obligó a acordar el 13 de enero de 1920 que en lo sucesivo esta Hermandad se titulase de Nuestro Padre Jesús del Calvario y Nuestra Señora del Mayor Dolor.

Como el mejor medio para reunir dinero con destino a las nuevas andas del Señor, se organizó una tómbola en la fiesta y verbena de San Lorenzo, con cuyo producto se logró aceptar la proposición de Manuel Morales Pérez como la más artística de diseño y más ventajosa en precio. Asimismo, se encomendó el dorado de las mismas a Rafael Díaz Fernández, quedando satisfecha una de sus aspiraciones más sentidas y urgentes el Miércoles Santo de 1920. Al año siguiente se acordó hacer unas andas nuevas para la imagen de Nuestra Señora del Mayor Dolor, construidas por Manuel Morilla y estrenadas ese mismo Miércoles Santo.

La Semana Santa de 1922 ofreció la particularidad de la celebración de la salida procesional el Martes Santo en unión con las imágenes del Santo Cristo de Gracia y Nuestra Señora de las Angustias, acompañadas por sus respectivas cofradías, saliendo todas de la parroquia de San Lorenzo. La experiencia no volvió a repetirse al año siguiente, pues únicamente procesionaron el Miércoles Santo las imágenes de Nuestro Padre Jesús del Calvario y Nuestra Señora del Mayor Dolor.

En la procesión del Miércoles Santo de 1924 se estrenó en el paso de Jesús del Calvario la figura de un Cirineo, revestido con ropas confeccionadas por las hermanas de Jesús Nazareno, que ayudó al Señor a llevar la Cruz y que fue realizada en los talleres Casadevall de Olot.

El Miércoles Santo de 1925 volvieron a salir conjuntamente las hermandades de Jesús del Calvario, Cristo de Gracia y Nuestra Señora de las Angustias, y se innovó en el desfile procesional con cinco soldados romanos montados a caballo escoltando al paso de Jesús del Calvario, captando la atención de los cordobeses al ir enteramente caracterizados con indumentaria y armas. Curiosamente, hasta 1931 siguió formando parte de la procesión de Jesús del Calvario la Hermandad del Santísimo Cristo de Gracia.

La Cofradía protagonizó una etapa de auge durante el mandato de Juan de Austria y Carrión, pudiendo ponerse a la altura de las mejores y más ricas de Córdoba por la suntuosidad y esplendidez de sus fiestas religiosas.

La pujanza de la Hermandad quedó truncada en 1931 con la proclamación de la II República, que significó la supresión de los desfiles procesionales de 1932, 1933 y 1934. La Semana Santa de 1935 contó únicamente con la procesión oficial del Santo Entierro, en la que formó parte la venerable imagen de Jesús del Calvario acompañado por el clásico piquete de romanos a caballo. En 1936, solo procesionó la Virgen de las Angustias bajo un ambiente de tensión contenida.

A partir de 1937, la Hermandad reanudó su actividad y actos de culto, así como la procesión del Miércoles Santo, organizados ese año por el rector de la parroquia con la ayuda de varios feligreses.

Al siguiente año, la Cofradía cogió impulso y presentó en la salida procesional la novedad de un nuevo palio en tisú de plata, encaje de oro y terciopelo fino verde, con colgantes de plata y lágrimas de cristal, y cinco pinturas y golondrinas. Este fue realizado bajo la dirección artística de Juan Martínez Cerrillo y la dirección técnica y trabajo de Carmen Retamosa del Real, con la ayuda en la confección de varias señoritas de la feligresía de San Lorenzo. Asimismo, estrenó los varales del palio ejecutados en los talleres de platería de Francisco Ruiz Ruiz “La Milagrosa” y lució el paso del Señor por primera vez una escultura de la Verónica, realizada por Juan Martínez Cerrillo. Además, se modificó la advocación de la Santísima Virgen a Nuestra Señora del Mayor Dolor y Esperanza, aún con la prestada dolorosa del convento-hospital de Jesús Nazareno, y se designó Camarera Mayor Honoraria a Carmen Franco Polo, quien accedió al nombramiento el 3 de marzo de 1938.

La lluvia obligó a suspender la salida del Miércoles Santo de 1939, retrasándose al Jueves Santo. La hora se estableció a las cinco de la tarde con el fin de no estorbar al resto de hermandades. Sin embargo, la lluvia hizo suspender por segunda vez la procesión, acordándose finalmente salir pasadas las nueve y media tras una mejoría en el temporal. La Hermandad del Calvario entró en Carrera Oficial justo detrás de las Angustias en esta jornada histórica y atípica.

Por desavenencias de la Junta de Gobierno con las monjas, dejó de procesionar la dolorosa del convento-hospital de Jesús Nazareno, que fue sustituida por una nueva talla regalada por Juan Martínez Cerrillo con el título de Nuestra Señora del Mayor Dolor y Esperanza. En la mañana del 11 de febrero de 1940, se llevó a cabo la bendición y coronación de la nueva imagen por el canónigo y Hermano Mayor Honorario Félix Romero Mengíbar, ejerciendo como padrinos Elena Lora y su hijo Rafael Espinosa de los Monteros Lora. Tras la bendición, la imagen quedó expuesta en solemne besamanos durante tres días y efectuó su primera salida procesional ese mismo año, antecedida de un tramo de nazarenos con túnicas moradas y capirotes blancos. Dicha imagen procesionó por última vez el Miércoles Santo de 1943, al no encontrarse en condiciones para su salida al año siguiente por no disponer de peto y manto aparentes y necesitar bastantes retoques, además del anhelo de volver a procesionar la dolorosa del hospital de Jesús Nazareno, por ser la que siempre sacó esta Hermandad.

En 1943, se reunió la Junta Directiva con carácter extraordinario para dar cuenta del macabro crimen cometido en la barbería de la calle San Pablo contra el directivo, archivero y delegado artístico de la Hermandad, Enrique Gallego Gámez. Se ensalzó la labor que desarrolló en beneficio de la Cofradía y se acordó celebrar un solemne funeral costeado por la Hermandad en la capilla de Jesús del Calvario. La prensa nacional hizo eco del asesinato y descuartizamiento de Enrique Gallego Gámez por su barbero y amigo de la infancia, Francisco Reyes Sorroche, quien trató de ocultar su delito arrojando los trozos del cuerpo al río envueltos en papel de periódico.

En 1944, se efectuó la reforma y retoque del paso de Nuestro Padre Jesús del Calvario, que resultó lo más lucido posible.

A comienzos de 1945, los imagineros Antonio Castillo Ariza y Francisco Díaz Jiménez ofrecieron una nueva talla de Nuestra Señora del Mayor Dolor, basada en la dolorosa del hospital de Jesús Nazareno, para que procesione ese mismo año y sustituya a la anterior. La bendición de la imagen tuvo lugar el 11 de marzo de 1945 por el Consiliario de la Hermandad y Párroco de San Lorenzo, José Serrano Aguilera, con la presencia de Josefa Espinosa y Sandalio Vidal Cabrera como padrinos de la ceremonia.

Al disponer de una nueva titular, Juan Martínez Cerrillo reclamó la imagen que talló de Nuestra Señora del Mayor Dolor y Esperanza, retirada del culto y aún bajo custodia de la Hermandad, para intentar venderla. La Junta de Gobierno accedió a tal pretensión y entregó la imagen previa autorización episcopal el 21 de febrero de 1947. Ese mismo año, la Hermandad de los Estudiantes de Jaén adquirió la imagen, que se bendijo el 20 de febrero de 1948 bajo la denominación de Nuestra Señora de las Lágrimas.

A finales de 1949, se encargó al escultor Amadeo Ruiz Olmos la restauración de la imagen de Nuestro Padre Jesús del Calvario.

Fruto de la vinculación existente con la Prisión Provincial de Córdoba, perteneciente a la feligresía de San Lorenzo, el Director del Centro Penitenciario, Juan Batista, donó en 1950 unas andas de madera tallada para Nuestra Señora del Mayor Dolor, que fueron realizadas por José Fierro y varios reclusos en los talleres de la Prisión Provincial. Las nuevas andas procesionaron por primera vez en la Semana Santa de ese año con grandes dificultades por sus dimensiones, dada la estrechez de algunas calles, por lo que tuvo que reformarse en 1953 en los mismos talleres del Centro Penitenciario. En 1955, la Agrupación de Cofradías comunicó que, por estar sindicados los faeneros, adoptaron poner un salario de cien pesetas por faenero, y debido a que el paso de la Virgen necesitaba unos cuarenta faeneros, se acordó sacar el paso antiguo, por ser más chico y de menos peso, y sin palio, por encontrarse muy deteriorado. Al año siguiente, dejó de procesionar en solitario la imagen de Nuestra Señora del Mayor Dolor para acompañar a la de Jesús del Calvario en su paso procesional de forma esporádica a finales de la década de los cincuenta.

En 1961, se estrenó un nuevo paso para Jesús del Calvario realizado por Juan Martínez Cerrillo, quien incluyó en su decoración ornatos de guadamecí. Posteriormente, se continuó embelleciendo el paso del Señor con cuatro evangelistas y cuatro medallones con escenas de la Pasión tallados, dorados y policromados por Antonio Rubio Moreno en 1965.

La Hermandad experimentó un cierto declive durante la década de los sesenta, hasta que a partir de mediados de los años setenta se constató un paulatino despertar y acercamiento a la juventud de la Cofradía, que se fue consolidando hasta alcanzar vitalidad en los lustros siguientes. Durante varios años al inicio de la década de los setenta, y de manera ocasional, volvió a incorporarse al paso del Señor la imagen de Nuestra Señora del Mayor Dolor.

El mandato de José María Gutiérrez Casares, iniciado en 1980, marcó una era de modernización y adaptación para la Cofradía. Bajo su liderazgo, la Hermandad experimentó un auténtico auge, dinamismo y revitalización, enriqueciendo enormemente su patrimonio. La Cofradía recuperó su papel prominente en la Semana Santa como una hermandad de solera, regresando a sus orígenes con la reintroducción del ejercicio del Santo Vía Crucis durante el recorrido procesional. Tras veinticinco años sin procesionar, Nuestra Señora del Mayor Dolor se reincorporó a la Semana Santa en un nuevo paso de palio el Miércoles Santo de 1981, aunque la lluvia solo permitió llegar hasta San Andrés. Debido al deseo de procesionar la imagen del Señor por hermanos costaleros, se restauró la talla de Jesús del Calvario, necesitada de reforzamiento interno, por el escultor Miguel Arjona Navarro en 1984. Con motivo del especial vínculo de la Cofradía desde sus inicios fundacionales con el Glorioso Levita y Mártir San Lorenzo, se incluyó como titular de la Hermandad en 1987. En 1990 se acordó una necesaria restauración a Nuestra Señora del Mayor Dolor sometida por el imaginero Miguel Ángel González Jurado, quien le realizó una nueva encarnadura. Esta etapa de esplendor se materializó en la realización de diversos proyectos entre los que destacó la ejecución, entre 1986 y 1992, de un nuevo paso para Jesús del Calvario tallado por Manuel Guzmán Bejarano y dorado por Manuel Calvo Camacho. La Semana Santa de 1994 estuvo marcada por el destacado estreno de los varales del palio de Nuestra Señora del Mayor Dolor, en plata de ley cincelada por los Hermanos Delgado, que fueron los primeros componentes de un paso de Virgen que se habían realizado en tan noble metal desde que, en tiempos de la Guerra Civil, la Hermandad de los Dolores incorporó en su paso sus respiraderos actuales. El 12 de octubre de 1995, día en el que se celebraba el Solemne Septenario en honor de Nuestra Señora del Mayor Dolor por su cincuenta aniversario, se produjo un fatídico incendio en el altar de cultos que afectó a la imagen y a parte de sus ropas y enseres, por lo que tuvo que ser restaurada de nuevo por el imaginero Miguel Ángel González Jurado. De septiembre del año 2000 a marzo de 2001 la imagen del Señor se sometió a un proceso de restauración tras un estudio pormenorizado de la talla por el restaurador Enrique Ortega Ortega. Una vez concluida la intervención, tuvo lugar la estancia de Nuestro Padre Jesús del Calvario durante tres días en el Convento de Santa Isabel de las Hermanas Clarisas Franciscanas, que acogieron con cariño a la Sagrada Imagen. A consecuencia de la restauración de la Parroquia de San Lorenzo Mártir, la Hermandad trasladó las imágenes de Nuestro Padre Jesús del Calvario y Nuestra Señora del Mayor Dolor a la Basílica del Juramento de San Rafael en diciembre de 2006. La estación de penitencia de 2007 estuvo marcada por la salida procesional desde la Real Iglesia de San Pablo, no pudiendo hacerlo en el año 2008 por inclemencias meteorológicas. Las Sagradas Imágenes regresaron a San Lorenzo en marzo de 2009 tras su reapertura. Con motivo del tricentésimo aniversario fundacional, la Sagrada Imagen de Nuestro Padre Jesús del Calvario presidió el Vía Crucis Penitencial de las Hermandades y Cofradías el 5 de marzo de 2022 en la Santa Iglesia Catedral. Por tal efeméride, la Hermandad celebró Año Jubilar desde el día 14 de marzo de 2022 al 18 de marzo de 2023 tras la concesión por la Penitenciaría Apostólica de Indulgencia plenaria a los fieles cristianos que estén verdaderamente arrepentidos del pecado cometido, cumplan debidamente la confesión sacramental, comunión eucarística y oración por las intenciones del Sumo Pontífice, y participen en los actos que se organicen con ocasión del Jubileo.