La rica historia de la Real Hermandad de Nuestra Señora de Villaviciosa y Santo Entierro de Sevilla se entrelaza con la grandeza de la ciudad y la devoción de sus habitantes a lo largo de los siglos. Fundada bajo el auspicio del mismísimo Rey Conquistador, San Fernando, el descubrimiento de una antigua imagen del Señor Yacente entre las paredes de una casa en el barrio de los Humeros marcó el inicio de una devoción que perduraría en la historia de Sevilla.

La primitiva efigie hallada motivó la creación de una capilla en el Monte Calvario, próxima a la Puerta Real. Esta capilla, más tarde, sería parte del Colegio de San Laureano, de la Real Militar y Celeste Orden de Nuestra Señora de la Merced, convirtiéndose en el corazón de la Hermandad. La relación entre la hermandad y la Orden Mercedaria se refleja en su patronazgo mutuo y en la celebración conjunta de los cultos.

Desde sus inicios, la hermandad ha sido guiada por la devoción de los monarcas españoles, quienes han ocupado el cargo de Hermanos Mayores, continuando así el legado del Santo Rey Fernando. La participación activa de los Reyes de España en la hermandad se estableció en las reglas originales, aprobadas por el Supremo Consejo de Castilla.

El compromiso de la hermandad con la devoción a la Pasión de Cristo se refleja en sus procesiones durante la Semana Santa. Originariamente fundada por genoveses devotos de la Virgen de Villaviciosa, la hermandad se unió con la Hermandad del Santo Entierro, consolidando así su devoción a la Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo.

A lo largo de los siglos, la hermandad ha experimentado períodos de renovación y esplendor. Desde la restauración en el siglo XVII hasta las celebraciones magníficas durante el reinado de Felipe V, la hermandad ha mantenido viva la llama de la devoción, adaptándose a los cambios históricos y sociales.

Los tres pasos que acompañan a la hermandad en sus procesiones son testigos de su profunda fe y devoción. Desde el Triunfo de la Santa Cruz hasta la Urna que contiene la Sagrada Imagen del Redentor, cada paso es una obra maestra de arte sacro que refleja la gloria de la fe cristiana.

La participación de la hermandad en eventos históricos, como la conmemoración del VII centenario de la reconquista de Sevilla, y la organización de eventos especiales, como el «Santo Entierro Grande», demuestran su compromiso continuo con la difusión de la fe y la devoción en la ciudad y más allá.